Iglesias Evangélicas a Milei: “No es Moisés, es como el Faraón”

Compartí esta nota en tus redes

La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas difundió una dura carta en la que acusa al presidente Javier Milei de gobernar con crueldad y de profundizar el sufrimiento social, contradiciendo los principios cristianos que dice defender.

Desde citas bíblicas hasta un contundente llamado a “escuchar el clamor del pueblo”, la carta señala al Gobierno por políticas que precarizan la vida de los sectores más vulnerables y alerta sobre la violencia verbal del mandatario. “Cada árbol se reconoce por sus frutos”, advierten.

“No es Moisés… es como el Faraón.” Con esa frase impactante inicia la carta pública difundida por la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, en la que se cuestiona de manera frontal la figura y la gestión del presidente Javier Milei. Según los firmantes, mientras el mandatario intenta asociar su figura a la de Moisés, el libertador bíblico, sus políticas y su estilo lo asemejan mucho más a un Faraón “que con crueldad maltrató y esclavizó al pueblo de Dios”.

La misiva, profundamente anclada en referencias bíblicas, cita el Libro del Éxodo, donde se relata cómo los egipcios impusieron “trabajos penosos” a los israelitas y les “amargaron la vida con dura esclavitud”. En paralelo, los líderes evangélicos enumeran una larga lista de medidas y situaciones que, aseguran, representan formas modernas de opresión y sufrimiento.

Entre los hechos que denuncian se encuentran el constante ataque contra el Estado y sus trabajadores, jubilaciones miserables, recortes de medicamentos y tratamientos oncológicos, cierre de comedores, quita de subsidios a personas con discapacidad y represión a adultos mayores en manifestaciones en la Plaza del Congreso. A esto suman el desfinanciamiento de la educación pública y la investigación científica, la suspensión de obras públicas esenciales, y el maltrato a profesionales de la salud, incluyendo médicos y médicas del Hospital Garrahan, al que califican como uno de los pediátricos “más prestigiosos del mundo”.

La carta denuncia también el “odio al periodismo y a los artistas populares”, así como la “persecución judicial a líderes de la oposición”, lo que configura, según los firmantes, un modelo de gobierno cruel y concentrador, que transfiere recursos “solo a los más poderosos del país y del extranjero”.

La Federación alerta sobre el impacto de las políticas económicas en sectores productivos y comerciales: “¿Cuántas son las pequeñas y medianas empresas, campesinos y comerciantes que podrán sobrevivir si resulta más barato importar o comprar afuera del país? ¿Cuántos trabajadores y trabajadoras perderán sus empleos? ¿Cuánto falta para que los pequeños agricultores no den más?”

Además, expresan preocupación por el tono agresivo del discurso presidencial. Señalan que de la boca de Milei y sus voceros “surgen expresiones repletas de descalificaciones, insultos y groserías nunca antes públicas en alguien que ostenta la máxima representación democrática del país”. En lugar de traer paz y unidad, denuncian que el presidente “genera conflictos e invita a la confrontación”.

Frente a este panorama, las Iglesias Evangélicas le recuerdan al presidente una enseñanza del Evangelio: “Cada árbol se reconoce por sus frutos” (Lucas 6:44), y concluyen que, hasta ahora, solo se observa “empeoramiento en la calidad de vida y crueldad”.

La carta finaliza con un llamado urgente a Milei a “dejar de actuar como el Faraón y escuchar el clamor del pueblo que sufre”. Lo invitan a atender las necesidades de quienes pierden sus trabajos, de las personas enfermas, de los jubilados, estudiantes, científicos y profesionales que no quieren emigrar, y de todos los que ven cómo aumentan los alimentos y los servicios mientras sus salarios se estancan.

“No se distraiga, Presidente, en odiar y maldecir”, advierten los referentes evangélicos, subrayando que si Milei quiere adoptar los valores del pueblo evangélico y protestante, debe “escuchar y trabajar en favor de quienes más necesitan, generar mayor justicia social y promover la unidad de la sociedad más allá de todas las diferencias”.

Finalmente, como cristianos, aseguran mantener la esperanza: “El Señor es nuestro salvador y obrará con amor y justicia en favor de su pueblo.”

La carta lleva la firma de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, la Pastoral Social Evangélica y la Asociación de Iglesias Pentecostales de Argentina, dando cuenta de una postura que, lejos de lo que podría presumirse, demuestra que no todo el arco religioso del país respalda sin fisuras al actual mandatario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *