El diputado nacional de Unión por la Patria y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, criticó con dureza al gobierno de Javier Milei y denunció la influencia directa de Donald Trump y de los intereses financieros estadounidenses en las elecciones argentinas. En una entrevista con Andrea Recúpero en AM530, planteó la necesidad de reconstruir un movimiento nacional y popular que trascienda los límites partidarios.
Con tono firme y sin eufemismos, Yasky sostuvo que el gobierno de Javier Milei “responde al poder financiero internacional y no al pueblo argentino”. Denunció una “injerencia inédita” de Donald Trump en el proceso electoral y llamó a recomponer el entramado social y político que sostenga un proyecto soberano frente a la avanzada neoliberal.
Las declaraciones de Hugo Yasky, diputado nacional por Unión por la Patria y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), resonaron con fuerza en el aire de AM530. En diálogo con Andrea Recúpero, el dirigente sindical no se guardó nada: acusó a Donald Trump y al gobierno de Estados Unidos de haber intervenido directamente en las elecciones argentinas para favorecer a Javier Milei, y advirtió que el presidente argentino “tiene un mandato, pero no de sus votantes, sino del poder financiero internacional”.
Yasky comenzó reconociendo que el resultado electoral “impacta más porque no lo esperábamos”. Con autocrítica y lucidez política, explicó que el oficialismo anterior llegó a octubre con la idea de que la inercia favorable de septiembre “no se podía revertir”. Sin embargo, algo rompió ese cálculo: “En el medio apareció la injerencia del Gobierno de Estados Unidos. No conozco en todos mis años de sindicalista un episodio similar”, expresó. Según su análisis, la intervención de Donald Trump fue “determinante” para aglutinar voluntades a favor del libertario. “Logró que muchos argentinos fueran a votar bajo una lógica impuesta desde afuera, una lógica del miedo y la subordinación”.
El sindicalista advirtió que lo sucedido trasciende el plano electoral. “Milei tiene un mandato, pero no es el de sus votantes, sino del poder financiero y de Estados Unidos que tiene detrás”, sentenció. En esa frase condensó una idea que se repite con creciente preocupación entre los sectores populares: la pérdida de soberanía nacional. En palabras de Yasky, el nuevo gobierno “no responde a las urgencias del pueblo, sino a los intereses de los grandes fondos de inversión y de Washington, que buscan consolidar en Argentina un laboratorio neoliberal sin resistencia”.
El dirigente no se limitó a la denuncia. También planteó un horizonte de reconstrucción. “Tenemos que hacer todo para que Trump entienda que su trato con Milei no fue un trato con Argentina”, enfatizó, en un llamado explícito a recuperar la autodeterminación nacional. “Tenemos que tratar de ensanchar el movimiento nacional y popular. Tenemos que construir una lógica que trascienda lo partidario”, añadió, marcando una hoja de ruta para la reorganización del campo popular.
Yasky describió la necesidad de una articulación amplia, que incluya “la construcción territorial, la militancia barrial, las organizaciones políticas, los clubes de barrio, las cooperadoras de escuela y los sindicatos”. En su visión, no se trata de una mera alianza electoral sino de recomponer el tejido social deshilachado por años de políticas neoliberales y por la ofensiva ideológica de la derecha global. “Hay que volver a poner en pie el entramado solidario del pueblo argentino”, insistió.
En otro tramo de la entrevista, Yasky se refirió a los sectores más golpeados por el actual modelo. “No nos olvidemos de Pablo Grillo, de los jubilados”, dijo, en alusión al drama cotidiano de quienes ven licuadas sus pensiones por la inflación y los recortes presupuestarios. La mención no fue casual: para el dirigente, el gobierno de Milei simboliza el retorno de una Argentina donde “el que trabaja, estudia o se jubila es un estorbo para los negocios del poder”.
Con su tono característico, Yasky describió con crudeza el escenario social: “Ayer muchos votaron a su verdugo, muchos que votaron a Milei lo están sufriendo”. Esa frase resume la paradoja de una época donde el malestar social, lejos de canalizarse en un proyecto de justicia y redistribución, fue capturado por un discurso libertario que promete libertad mientras avanza sobre los derechos laborales y sociales conquistados.
La advertencia no es menor: “Nosotros vamos a proponer una reforma tributaria para que paguen más los que más tienen”, anunció. En ese sentido, Yasky dejó claro que el bloque de Unión por la Patria buscará instalar en el Congreso un debate urgente sobre la estructura impositiva regresiva del país. “No se puede sostener un Estado con justicia social si los sectores más ricos evaden y los trabajadores pagan todo el costo”, remarcó.
De la misma manera, planteó que el movimiento sindical impulsará su propia propuesta de reforma laboral, pero en sentido contrario a la que pretende el gobierno libertario. “Hay que igualar dándole derechos a la gente”, sostuvo, en contraposición a la lógica de precarización y flexibilización que promueve la administración Milei bajo el argumento de “modernizar el mercado laboral”.
El diputado no evitó señalar el contexto geopolítico que, a su entender, condiciona a la Argentina actual. “La injerencia de Estados Unidos no se explica solo por Trump. Detrás está el complejo financiero global que ve a América Latina como un espacio para la expansión del capital especulativo, no para el desarrollo de sus pueblos”, analizó. Y añadió con énfasis: “Argentina es estratégica por su litio, por Vaca Muerta, por su producción agroindustrial. No les interesa nuestra soberanía, les interesa el control de los recursos”.
Esa lectura se inscribe en una larga tradición del sindicalismo argentino que asocia las crisis nacionales con las imposiciones externas y las complicidades locales. Pero Yasky no cayó en el determinismo. “La salida no está en la resignación, sino en la organización. Hay que construir poder popular desde abajo”, insistió.
Para el líder de la CTA, el desafío es monumental: enfrentar simultáneamente el ajuste económico, la ofensiva mediática y la desmovilización social. Sin embargo, confía en la memoria colectiva de un pueblo que ha sabido resistir. “Cada vez que quisieron borrar nuestros derechos, el pueblo salió a la calle y los recuperó. Esta vez no va a ser diferente”, afirmó con convicción.
La entrevista, transmitida por “La Vuelta Completa”, se convirtió rápidamente en una de las más comentadas en redes sociales. Su tono frontal y su contenido político directo contrastan con el clima de temor y desmovilización que intenta imponer el gobierno. Mientras Milei ensaya una alianza subordinada con Donald Trump y los capitales financieros que orbitan su poder, Yasky propone exactamente lo contrario: una alianza social, nacional y latinoamericana para defender la soberanía y reconstruir el tejido popular.
En ese contraste se juega buena parte del debate político argentino de los próximos meses. De un lado, un gobierno que se presenta como “antisistema” pero responde dócilmente al sistema financiero global; del otro, un sindicalismo y una oposición popular que buscan rearmarse para resistir el avance del neoliberalismo extremo.
Yasky lo resume sin vueltas: “Milei no tiene un mandato de transformación, tiene un mandato de entrega”. Lo dice con la autoridad de quien lleva décadas organizando trabajadores, enfrentando dictaduras y gobiernos de mercado. Su voz es la de una tradición que no se rinde, la del país que todavía cree que la dignidad y la soberanía no se negocian.
FUENTES
- AM530 Somos Radio – “Hugo Yasky: ‘Tenemos que tratar de ensanchar el movimiento nacional y popular’”
https://radiocut.fm/audiocut/hugo-yasky-tenemos-tratar-ensanchar-movimiento-nacional-y-popular/





















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