#Fake: En su desesperación Milei celebró el “fin” de la causa Libra en EE.UU. pero la justicia confirma que sigue abierta

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El presidente compartió mensajes que aseguraban que la causa Libra en Estados Unidos había sido archivada. Sin embargo, el expediente sigue abierto y con cargos graves. La manipulación comunicacional del gobierno intenta maquillar un revés judicial como una victoria política.

La trama del caso Libra revela mucho más que un entuerto judicial: desnuda la manera en que Javier Milei y su entorno gestionan la verdad pública. En un contexto marcado por escándalos, operaciones mediáticas y tensiones institucionales, el presidente difundió en su cuenta de X que la investigación en torno a Libra en Estados Unidos se había “caído”. La afirmación resultó falsa. La justicia norteamericana no cerró el caso, ni dictó sobreseimiento alguno, ni mucho menos consideró que no existiera delito. Todo lo contrario: la investigación sigue su curso, con acusaciones de asociación ilícita enmarcadas en la Ley RICO, una normativa antimafia de peso.

El equívoco —o la mentira deliberada— se originó en una resolución de la jueza federal Jennifer Rochon, quien levantó el congelamiento sobre fondos de Hayden Davis, principal impulsor del token Libra y socio político de Milei en esta aventura financiera. El fallo no desestimó los cargos. Simplemente liberó dinero de billeteras virtuales al considerar que no había riesgo de fuga. Fue una decisión cautelar, no un cierre de causa. Sin embargo, el gobierno argentino celebró el fallo como si se tratara de una absolución. Milei reposteó mensajes de dirigentes libertarios y periodistas afines que aseguraban, con un triunfalismo casi grotesco, que “no hay delito” y que “la causa se cayó”. Lo que realmente cayó, como señalaron especialistas, fue apenas una medida provisional. La causa de fondo está más viva que nunca.

Los detalles que emergen del expediente son tan incómodos que la reacción del oficialismo parece una huida hacia adelante. La jueza Rochon ordenó que Davis conteste la demanda ampliada por asociación ilícita, un paso que abre un proceso aún más complejo. El empresario, que ya pudo girar cerca de 60 millones de dólares a una cuenta vinculada a “Viva La Libertad Project” —una iniciativa promocionada por Milei en redes sociales—, enfrenta acusaciones graves. Incluso se registraron movimientos sospechosos: una de las “wallets de insiders” habría comprado 500 mil dólares en Libra antes de un tuit del propio presidente, logrando luego ganancias millonarias. Lejos de disipar dudas, el fallo norteamericano multiplicó las sospechas sobre el entramado entre política, especulación financiera y operaciones de mercado.

En Argentina, mientras tanto, la polémica judicial tuvo su correlato político. Después de meses de maniobras dilatorias, la oposición consiguió destrabar en el Congreso la creación de una comisión investigadora sobre Libra. Esa comisión, presidida por Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica, tendrá plazo hasta noviembre para emitir dictamen. Allí podrían ser citados Karina Milei y funcionarios clave como Roberto Silva, titular de la Comisión Nacional de Valores. El dato no es menor: por primera vez, la hermana del presidente podría quedar bajo el ojo de una investigación parlamentaria en el marco de un escándalo financiero internacional.

El contraste entre la realidad judicial y el relato oficial es tan evidente que hasta legisladores del PRO, como Oscar Agost Carreño, salieron a desmentir públicamente al gobierno. Carreño aclaró que la resolución de Rochon no implica archivo ni absolución, y criticó a Milei por su silencio en torno a su relación con Davis. La escena política quedó marcada por la paradoja: mientras un diputado opositor del propio campo de la derecha explicaba lo obvio, el presidente insistía en sostener una versión desmentida por documentos judiciales.

Expertos en el ecosistema crypto y referentes tecnológicos como Santiago Siri y Maximiliano Firtman también se sumaron a las aclaraciones. Siri fue categórico: “Lo único que pasó fue que una jueza levantó un embargo. No hubo sobreseimiento, ni archivo, ni nada parecido. El caso sigue y francamente esto recién arranca”. Firtman, por su parte, subrayó que lo resuelto fue apenas una medida cautelar, sin definición sobre la culpabilidad o inocencia de los involucrados. La precisión técnica de estos especialistas contrasta con la ligereza con la que Milei agitó la narrativa de la “causa caída”.

¿Por qué insistir en un relato que no resiste el menor análisis? La respuesta parece estar en la necesidad política del oficialismo de desviar la atención. En paralelo a la causa Libra, estallan en el país otros escándalos, como el caso Andis y el fentanilo. La estrategia de Milei, amplificada por un ejército de cuentas militantes en redes sociales, consiste en transformar un revés judicial en un triunfo discursivo. En ese marco, la verdad importa poco: lo que vale es la capacidad de imponer titulares, sembrar confusión y blindar al presidente frente a una opinión pública cada vez más golpeada por el ajuste económico y las denuncias de corrupción.

Lo paradójico es que, en su afán de desmentir conspiraciones y operetas, Milei terminó protagonizando una de ellas. Al replicar publicaciones de medios ultraoficialistas como La Derecha Diario, el presidente se convirtió en vocero de una narrativa insostenible. El problema ya no es solo político o judicial: es institucional. Cuando el jefe de Estado manipula abiertamente información judicial extranjera, el costo excede la coyuntura y erosiona la credibilidad del país en el plano internacional.

El caso Libra todavía tiene muchas páginas por escribirse. Lo único claro hasta ahora es que la causa no se cayó, pese a los posteos eufóricos de Milei y su entorno. La justicia norteamericana sigue avanzando. El Congreso argentino abrió una comisión investigadora. Y cada nuevo movimiento financiero de Hayden Davis agrega más interrogantes que certezas. Frente a eso, el oficialismo eligió el camino de la desinformación y el relato. Una estrategia que podrá rendir frutos en el barro de las redes sociales, pero que difícilmente sobreviva a la contundencia de las pruebas judiciales.

La pregunta de fondo, entonces, es hasta cuándo puede sostenerse una política de gobierno basada en la manipulación. El caso Libra muestra un patrón: cuando la justicia avanza, el oficialismo retrocede a golpe de fake news. Pero la realidad, tarde o temprano, golpea más fuerte que cualquier tuit.

Fuente:
https://www.lavoz.com.ar/politica/caso-libra-milei-posteo-que-la-causa-se-habia-caido-en-estados-unidos-pero-sigue-abierta/
https://www.rionegro.com.ar/politica/javier-milei-compartio-mensajes-que-aseguran-que-la-causa-libra-se-cayo-en-ee-uu-que-dicen-los-especialistas-4278728/

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