El insólito episodio ocurrió en el marco de la investigación que vincula al diputado de La Libertad Avanza, José Luis Espert, con un empresario detenido por narcotráfico. La policía tuvo que allanar la vivienda lindera luego de que el sospechoso intentara deshacerse de su teléfono celular.
Mientras crecen las sospechas por los vínculos políticos y financieros del economista ultraliberal, el episodio del “celular volador” expone el nivel de nerviosismo dentro del entorno de Espert. En redes sociales, la noticia generó indignación y burlas hacia el diputado oficialista.
El caso que salpica a José Luis Espert sumó un capítulo tan insólito como revelador. Según trascendió, durante un operativo judicial vinculado a la investigación por narcotráfico que involucra al entorno del diputado libertario, un sospechoso habría arrojado su teléfono celular al patio de los vecinos de Espert para evitar que la policía lo encontrara.
El intento de ocultamiento terminó provocando un nuevo allanamiento: la Justicia ordenó ingresar a la vivienda lindera para recuperar el dispositivo, que podría contener información clave sobre las operaciones investigadas.
En redes sociales, la noticia se viralizó rápidamente con ironías y críticas al economista ultraliberal. “Ordenaron allanar la casa de los vecinos de Espert porque tiraron un celular para que la policía no lo encuentre jajaja, pero por qué? ¿El celular tenía muchos chimentos de peluquería?”, ironizó un usuario. Otro fue más directo: “Esto es La Libertad Avanza: todos delincuentes que no dejan investigar”.
La escena, propia de una comedia absurda, refleja el nivel de descomposición moral y política de un espacio que llegó al poder prometiendo “moralizar la política” y “acabar con la casta”. Sin embargo, cada día emergen nuevas denuncias y vínculos con sectores del narcotráfico, la evasión fiscal y los negocios opacos.
José Luis Espert, que en los últimos meses reapareció con apoyo mediático desde los canales afines al oficialismo, se encuentra bajo la lupa tras conocerse las conexiones entre su entorno y el empresario Federico “Fred” Machado, actualmente detenido e investigado por tráfico internacional de drogas y lavado de dinero.
Lejos de brindar explicaciones, el diputado se refugia en los medios que le ofrecen espacio para relanzar su candidatura, mientras su fuerza política acumula escándalos judiciales. El grotesco intento de esconder un teléfono entre patios y allanamientos refuerza la sensación de impunidad y desesperación que atraviesa a La Libertad Avanza.
La Justicia deberá determinar ahora qué contenía el dispositivo y cuál era su relación con las operaciones investigadas. Pero el episodio deja al descubierto una trama de encubrimiento y desconfianza dentro del propio círculo libertario, que parece más preocupado por borrar rastros que por rendir cuentas.
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