A días de las elecciones bonaerenses el gobierno de Javier Milei tambalea por las coimas de su hermana ¿Se termina el mito libertario?

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El Presidente enfrenta su peor crisis política a días de las elecciones: el escándalo de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad y las filtraciones que alcanzaron a su hermana Karina golpean el núcleo duro del oficialismo y amenazan con desmoronar el relato libertario.

El gobierno de Javier Milei atraviesa el momento más oscuro desde su llegada a la Casa Rosada. A una semana de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, el escándalo por los audios de Diego Spagnuolo y, sobre todo, los de Karina Milei, reventó como una bomba en el corazón mismo del oficialismo. El libertario que prometió terminar con la “casta” aparece ahora acorralado por denuncias de sobreprecios, retornos en la compra de medicamentos y una trama de internas feroces que destrozan cualquier imagen de cohesión dentro de La Libertad Avanza.

El impacto político fue devastador. Si hasta hace pocas semanas en la Casa Rosada se mostraban confiados en dar batalla al kirchnerismo en su bastión bonaerense, hoy la preocupación central es otra: cuántos audios más podrían aparecer, qué voces estarán comprometidas y qué daño causarán en una gestión ya debilitada. El temor no es paranoia, es supervivencia política. Porque si algo quedó claro con la grabación de Karina Milei dentro de la propia Casa de Gobierno, es que nadie está a salvo. La hermana del Presidente, convertida en su sombra y sostén, quedó expuesta en una interna sin freno con los Menem y los asesores de Santiago Caputo, ese “gurú” al que Milei todavía respalda sin titubeos.

El oficialismo no logra responder con eficacia. La estrategia, de manual, fue culpar al kirchnerismo y a los servicios de inteligencia. Pero puertas adentro saben que los sospechosos también se multiplican en casa: dirigentes marginados, legisladores desplazados, funcionarios echados con rencores a cuestas. La filtración, dicen algunos, no es un ataque externo sino un ajuste de cuentas dentro del propio universo libertario. La realidad es que la desconfianza carcome como ácido. Todos miran de reojo a todos, y la política se paraliza en un clima de traiciones y rumores interminables.

La encuesta exclusiva del CEOP para Página/12 confirmó el efecto devastador de este vendaval. En solo dos meses, la imagen positiva del Presidente cayó siete puntos, mientras que la negativa trepó también en siete. Por primera vez, Milei enfrenta un saldo negativo tan abultado desde que asumió. Hoy, seis de cada diez argentinos están convencidos de que el caso de la Agencia Nacional de Discapacidad es real y que las coimas y sobreprecios existieron. El 65% apunta directamente a Karina, el 62,6% a “Lule” Menem y el 59,6% a Spagnuolo. El propio Milei carga con un 45,9% de responsabilidad en las percepciones sociales. En términos crudos: su núcleo duro se fisura y hasta un 12% de libertarios admite que este escándalo podría modificar su voto.

La política no tolera vacíos. Lo que alguna vez fue la mística del outsider que venía a destrozar a la “casta” se convirtió en un boomerang letal: Milei y los suyos aparecen como parte de lo mismo, apenas otro capítulo de la decadente saga de la corrupción argentina. La diferencia es que esta vez la promesa de pureza libertaria quedó reducida a un chiste en redes sociales, con memes sobre el famoso “tres por ciento” que, según los audios, quedaba para Karina. El ridículo se instaló en el debate público, y hasta un club de fútbol decidió borrar el número de su camiseta en alusión a la sospecha.

La economía agrega pólvora al incendio. Ocho de cada diez argentinos reconocen dificultades para llegar a fin de mes y casi la mitad asegura que directamente no llega. La expectativa de mejora, que sostenía a Milei por encima del 40% de imagen positiva, se desplomó ocho puntos en un mes. Cada día crece la resignación: se compran segundas marcas, se abandonan vacaciones, se queman ahorros si los hay. El “malhumor social” que describen los encuestadores no es una categoría abstracta: se siente en la calle, en los negocios vacíos, en la bronca cotidiana de millones que se ven golpeados por la inflación y los ajustes interminables.

En la provincia de Buenos Aires, escenario decisivo, los pronósticos son sombríos para el oficialismo. Diversas encuestadoras advierten que Fuerza Patria se impondría por entre dos y ocho puntos, con diferencias que podrían ampliarse por el ausentismo. Y esa es otra amenaza: en un contexto de apatía y descreimiento, cada voto que se ausente puede ser letal para Milei. La paradoja es que, aunque muchos de sus votantes no se volcarían al peronismo, bastaría con que no concurran a las urnas para que el resultado sea catastrófico.

El propio gobierno reconoce en voz baja que la derrota en la provincia es probable. Y mientras intenta administrar esa expectativa, recurre al viejo recurso del relato conspirativo: desde advertencias sobre un eventual fraude hasta la insistencia en que los medios magnifican el caso Spagnuolo. Sin embargo, las cifras son tozudas: un 42,9% de los encuestados afirma que el escándalo puede modificar su voto, y más de una cuarta parte de los que lo apoyaron en el balotaje ya evalúa migrar hacia otra opción o, simplemente, quedarse en casa el día de la elección.

El oficialismo llega así a la recta final golpeado, fracturado y desorientado. La figura de Karina, antes intocable, hoy es un lastre que la propia militancia prefiere esconder: incluso se pidió que no aparezca en actos clave para evitar que el rechazo popular termine de desfondar la campaña. Y mientras tanto, el Presidente elige viajes a Los Ángeles y Las Vegas para ver espectáculos de su pareja Fátima Flórez, una postal de frivolidad que contrasta con el drama social que atraviesa el país. No es liderazgo, es desentendimiento, como admiten incluso en su círculo más cercano.

Las elecciones del 7 de septiembre no definirán solo el mapa legislativo bonaerense, sino la capacidad real de Milei para sostener el poder. Una derrota en el bastión más grande del país, en medio de escándalos de corrupción y una economía en picada, sería un golpe político del que difícilmente pueda levantarse. El libertario que llegó al poder con la promesa de dinamitar el sistema aparece hoy como un presidente atrapado en sus propias trampas, sin rumbo claro, con una imagen pública en caída libre y rodeado de sospechas que lo acercan, cada día más, a lo que juró combatir.

Fuente:
https://tn.com.ar/opinion/2025/08/31/milei-busca-saber-hasta-donde-llegaran-los-audios-del-poder-y-que-dano-causarian-en-el-corazon-del-gobierno/
https://www.pagina12.com.ar/853757-a-una-semana-de-las-elecciones-milei-esta-en-su-peor-momento
https://www.lanacion.com.ar/politica/a-una-semana-de-la-votacion-los-encuestadores-anticipan-un-escenario-dificil-para-milei-en-la-nid31082025/

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