Cristina Kirchner cumplió 100 días de prisión domiciliaria en el marco de la causa Vialidad. En medio de una movilización que exigió su libertad, la referente opositora volvió a irrumpir en la escena política con duras críticas contra el Gobierno, apuntando contra Luis Caputo, Federico Sturzenegger y Karina Milei.
El sábado marcó un hito cargado de tensión política: Cristina Fernández de Kirchner cumplió 100 días bajo arresto domiciliario y, como era de esperar, la militancia no dejó pasar la fecha. Desde temprano, agrupaciones sociales, sindicatos, organizaciones políticas y simpatizantes se concentraron en la puerta de su departamento en San José 1111, en el barrio de Constitución, para acompañar a la expresidenta con un reclamo unánime: “Cristina libre, 100 días de injusticia”.
Cerca de las 15.30, Cristina apareció en el balcón vestida con una campera caqui, remera blanca y una escarapela en el pecho. Saludó a la multitud que agitaba banderas, cantaba consignas y mostraba la convicción de que la causa judicial que la tiene detenida no es más que un engranaje en la persecución política desatada contra ella. “La vamos a esperar siempre, el pueblo la ama”, expresó una mujer frente a las cámaras de C5N, mientras otra recordaba que “los mejores años fueron con Cristina” y que “con la AUH nos cambió la vida a las mujeres”.
Pero el momento de mayor impacto no fue el saludo, sino el mensaje publicado en sus redes sociales, donde la exmandataria volvió a encender la polémica contra el Gobierno de Javier Milei. Con su ya característico “Che Milei”, Cristina denunció el riesgo de un default en el corto plazo. “¡Che Milei! ¡Qué olor a default! Te fumaste más de mil millones de dólares en apenas dos días… ‘economista experto en crecimiento con o sin dinero’”, lanzó con ironía, poniendo en evidencia la improvisación de una gestión que se promociona como salvadora pero que en la práctica repite los peores errores del pasado reciente.
La expresidenta dirigió sus críticas hacia el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, a quien responsabilizó de reeditar la catástrofe financiera ya vista durante la presidencia de Mauricio Macri. Recordó, además, la famosa promesa de vender dólares en el techo de la banda cambiaria, que terminó siendo una estafa a gran escala. “La única banda que existe es la del carry trade del Toto Caputo, que por segunda vez se están llevando puesto el país”, denunció, dejando en claro que el actual gobierno no hace más que servir a los especuladores financieros.
El tiro por elevación alcanzó también a Federico Sturzenegger, actual asesor estrella del oficialismo, al que Cristina catalogó como “partícipe necesario del endeudamiento y vaciamiento financiero” en tres ocasiones distintas de la historia reciente. En la misma línea, sostuvo que Caputo “logró hacer exactamente el mismo desastre, dos veces, y en tan sólo siete años”. Palabras que resuenan en un contexto donde el Ejecutivo insiste en mostrarse como el único capaz de ordenar la economía, mientras los números rojos, la inflación persistente y la falta de dólares dibujan otra realidad.
Pero Cristina no se quedó solo en la economía. Apuntó también contra Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia y hermana del mandatario, acusada de recibir coimas en el marco de la compra de medicamentos para personas con discapacidad. “Lo de tu hermana cobrando coimas del 3% de los remedios a los discapacitados es un auténtico hit musical internacional… ‘Alta coimeraaaa… Karina es alta coimeraaaa…’ ¿No lo escuchaste?”, ironizó la exmandataria, aludiendo a la canción que ya se había viralizado en el Congreso cuando diputados opositores repudiaron los vetos presidenciales.
El contraste es brutal: mientras la militancia se organiza y sale a las calles con consignas de justicia y memoria, el Gobierno de Javier Milei se consume en medidas que benefician a una minoría especulativa, reproduce la matriz de endeudamiento y se desliza peligrosamente hacia un nuevo default. La expresidenta, aún en prisión domiciliaria, se mantiene como una voz incómoda, disruptiva y con un peso político que ni el encarcelamiento logró silenciar.
A 100 días de su detención, Cristina Kirchner no solo sigue en el centro de la escena, sino que logró convertir su situación judicial en un símbolo de resistencia frente a un gobierno que promete libertad pero practica persecución, promete estabilidad pero entrega caos, promete crecimiento pero entrega hambre y especulación. Y ese choque entre el relato libertario y la crudeza de la realidad es, justamente, lo que Milei no puede controlar.





















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