El conflicto gremial en la planta de Ternium en San Nicolás paralizó al alto horno más importante de la siderúrgica, dejando en evidencia una puja que excede lo salarial y pone en jaque a una de las industrias clave del país. Los trabajadores de empresas contratistas, nucleados en la UOM, iniciaron un paro por tiempo indeterminado que no fue acatado a la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno. La situación derivó en que la empresa decidiera detener el funcionamiento del horno por seguridad, afectando directamente la producción de acero.
La tensión creció tras la decisión de Ternium de rescindir contratos con la contratista Loberaz, lo que provocó 220 despidos. Las cartas documento comenzaron a circular mientras la CGT regional convocaba a una movilización en San Nicolás. Desde la UOM, el dirigente local Luis Sánchez confirmó que se apagó el alto horno, marcando un punto de no retorno en el conflicto. El secretario general de la UOM, Abel Furlan, denunció que, pese a cinco reuniones, la empresa se negó a atender los reclamos salariales, generando un “escenario de angustia y tensión” para más de mil doscientos trabajadores afectados.
Por su parte, Ternium calificó de “desmedidas” las demandas de los contratistas, argumentando que ya habían actualizado las tarifas de las empresas prestadoras en la misma proporción que los aumentos otorgados a sus empleados directos. Según la compañía, los pedidos gremiales se ubican entre un 38% y un 53% por encima de lo pactado en paritarias. Además, la siderúrgica advirtió sobre el difícil contexto internacional de la industria del acero, marcado por la competencia china y una guerra de aranceles, sumado a la caída de la construcción y el aumento de importaciones en Argentina.
La planta de San Nicolás es estratégica: concentra la producción de chapas de acero destinadas a sectores como la construcción, la industria automotriz, la maquinaria agrícola y la energía. La paralización del alto horno no solo compromete a la empresa y a los trabajadores, sino también al entramado industrial que depende de su producción.
El trasfondo gremial también se mezcla con la política. Furlan, alineado al kirchnerismo, busca posicionarse como único conductor de la CGT en el próximo congreso, cuestionando el rol dialoguista de la actual cúpula y reclamando un plan de lucha más duro contra el Gobierno. El caso Ternium, entonces, no es solo una pulseada por salarios: es una muestra de la fragilidad social y económica que atraviesa el país, donde los conflictos laborales escalan rápidamente en un escenario de ajuste, despidos y crisis industrial.
Fuente:
- https://www.infobae.com/economia/2025/09/02/por-un-conflicto-gremial-se-paralizo-el-alto-horno-de-la-planta-de-ternium-en-san-nicolas/?outputType=amp-type




















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