El gobierno de Javier Milei atraviesa su peor momento desde que llegó a la Casa Rosada. El supuesto “fin de la casta” quedó reducido a un slogan vacío frente a la realidad: la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) está bajo la lupa por presuntas coimas que involucran directamente al oficialismo y hasta salpican a la mismísima Karina Milei, la todopoderosa hermana del presidente. El mercado reaccionó de inmediato: acciones y bonos argentinos se desplomaron hasta 10% y el riesgo país trepó a los 800 puntos, en una jornada que operadores describieron como una “masacre financiera”.
Lo que debía ser un lunes rutinario en la city terminó convertido en un terremoto. El S&P Merval cayó más del 4% en pesos y un 6% en dólares, hundiéndose a uno de los niveles más bajos del año. En Wall Street, las empresas argentinas se desangraron: bancos, energéticas y compañías de servicios llegaron a perder hasta la mitad de su valor acumulado en lo que va de 2025. El dólar, mientras tanto, pegó un salto de más del 3%, empujando a los paralelos a nuevos máximos.
No se trató de una reacción técnica ni de la volatilidad de siempre. El detonante fue político, brutal y demoledor: un caso de corrupción en un organismo que, por su carácter sensible, golpea directo a la credibilidad del gobierno. La ANDIS, que debería garantizar derechos y políticas públicas para las personas con discapacidad, hoy aparece como escenario de negocios turbios y sobornos.
La contradicción es evidente. El mileísmo construyó poder sobre la idea de desterrar a “los chorros de la casta”. Sin embargo, apenas veinte meses después, sus propios funcionarios quedan señalados en un esquema de coimas, confirmando que el discurso libertario no era más que maquillaje ideológico.
El impacto político es doble: por un lado, erosiona el relato anticorrupción que Milei vendió en campaña; por el otro, dinamita la confianza de los mercados en plena cuenta regresiva hacia las elecciones de octubre. La caída del índice de confianza en el Gobierno, que se hundió 13,6% en agosto, completa un cuadro explosivo: descreimiento social, fuga de capitales y un clima de incertidumbre que recuerda los peores momentos de la crisis de los ‘90.
Operadores y analistas lo dijeron sin vueltas: hay “miedo electoral”. El temor a que la corrupción oficialista altere el escenario político se sumó a la inestabilidad cambiaria y a la torpeza del Banco Central para manejar la presión sobre el dólar. El resultado fue un “sell off fenomenal” que dejó en evidencia la fragilidad del esquema económico libertario.
El paralelo con Carlos Menem es inevitable, aunque injusto: mientras el riojano supo blindarse con el poder territorial del PJ y el anzuelo de la convertibilidad, Milei carece de estructura, resultados concretos y, ahora, de credibilidad. Lo único que ofrece es un relato desgastado que se desmorona a la luz de los hechos.
Con un dólar descontrolado, los mercados incendiados y la sombra de la corrupción ensuciando la mesa chica del poder, Milei enfrenta su crisis más dura. El gran interrogante es si este escándalo será una mancha más en un gobierno que ya perdió el rumbo o el detonante que marque el inicio de su declive político.
Fuente:
https://www.ambito.com/finanzas/escandalo-coimas-la-bolsa-sufrio-una-sus-peores-caidas-del-ano-y-crece-el-temor-el-impacto-electoral-n6182624
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