Carrefour se val país por el contexto económico incierto, pérdida de rentabilidad y falta de reglas claras

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Otro gigante que se va: Carrefour busca salir de la Argentina y deja en evidencia el modelo Milei. La cadena francesa analiza retirarse del país o vender parte de su operación ante un contexto económico incierto, pérdida de rentabilidad y falta de reglas claras

Ya son más de diez los grandes grupos empresarios que abandonaron la Argentina desde que Javier Milei asumió la presidencia. La promesa de estabilidad para el capital extranjero choca con una realidad de ajuste brutal, recesión profunda e imprevisibilidad política.

La salida de Carrefour de la Argentina representa mucho más que una decisión corporativa: es un nuevo síntoma del derrumbe económico que atraviesa el país bajo la gestión de Javier Milei. La multinacional francesa, una de las principales cadenas de supermercados a nivel global, informó que se encuentra en la búsqueda activa de un comprador o un socio estratégico para desprenderse de su operación local, luego de más de 40 años de presencia ininterrumpida.

La noticia, confirmada por la empresa y replicada por medios como Página|12, La Nación y El Economista, revela que el grupo está evaluando distintas opciones ante un contexto nacional que ha dejado de ser atractivo para la inversión extranjera. Lejos de la narrativa oficialista que promete “libertad económica” y “reglas claras para el mercado”, lo que las grandes compañías encuentran en Argentina es una combinación explosiva de caída del consumo, inflación sostenida, inseguridad jurídica y un panorama político cada vez más errático.

Un mercado sin reglas

Tal como lo reflejó el diario La Nación, la decisión de Carrefour de buscar alternativas para salir del país responde a “la falta de reglas claras” en comparación con otros mercados latinoamericanos, como Chile, donde la compañía también opera. A pesar de que ambos países presentan dimensiones de mercado similares, las condiciones locales —afectadas por decisiones políticas unilaterales, recortes abruptos de gasto, paralización del crédito y un derrumbe del poder adquisitivo— hacen inviable la continuidad en el territorio argentino.

Según El Economista, la firma dejó trascender que hay conversaciones preliminares con interesados en asumir el control de las operaciones. Aunque no hay un comprador definido, el mensaje es claro: Carrefour no ve un futuro sostenible en la economía mileísta.

El ajuste sin mercado interno

En los primeros seis meses del gobierno de Javier Milei, más de diez grandes grupos empresariales abandonaron o pusieron en revisión sus negocios en Argentina. Desde aerolíneas hasta empresas tecnológicas, farmacéuticas y de consumo masivo, el éxodo privado contradice el relato oficial que insiste en que el país se encamina hacia la “normalidad”.

Lo que Milei y su entorno presentan como un “ordenamiento” macroeconómico, en la práctica se traduce en recesión. La destrucción del salario real, el cierre de programas sociales y el desprecio por el rol del Estado en la economía han generado un escenario de parálisis. Para empresas que dependen del consumo interno como Carrefour, este panorama resulta directamente inviable.

La gestión libertaria se ha limitado a ofrecer “libertad de precios”, pero sin consumidores que puedan pagarlos. El resultado: góndolas llenas, supermercados vacíos, y un modelo económico que empuja al país al abismo.

Una señal de alerta para el capital extranjero

La salida de Carrefour, junto con otras desinversiones recientes, también expone la fragilidad de la política exterior del gobierno. Pese a los gestos grandilocuentes hacia el “mundo libre” y el capital financiero global, la Argentina actual es vista cada vez más como un destino riesgoso e imprevisible. Las reformas anunciadas —como la apertura total de la economía y la eliminación de regulaciones— no alcanzan a compensar el daño provocado por una administración sin rumbo claro.

La falta de institucionalidad, los conflictos permanentes con gobernadores, sindicatos y universidades, sumado al descrédito de las estadísticas oficiales, alejan a potenciales inversores. La libertad pregonada por Milei se parece más a la ley de la selva que a un marco de estabilidad para hacer negocios.

Un fracaso que se mide en salidas

La posible salida de Carrefour no es una excepción, sino parte de una tendencia. En seis meses, la economía real ha sido arrasada: caen las ventas, se cierran pymes, se pierden empleos, y los grandes jugadores comienzan a decir adiós. Si hasta una multinacional con décadas de historia en el país no puede sostener su operación, ¿qué esperanza queda para los pequeños comercios, productores o emprendedores?

El discurso de la «libertad de mercado» parece esconder, en realidad, un desprecio por la producción, el trabajo y la soberanía económica. En lugar de un país abierto al mundo, la Argentina de Milei se encamina a convertirse en un páramo comercial, donde ni siquiera Carrefour encuentra razones para quedarse.

Fuentes:

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