La degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a una simple subsecretaría, el vaciamiento del Museo Sitio de Memoria ESMA y del Archivo Nacional de la Memoria, y la militarización simbólica del espacio, marcan el inicio de un nuevo negacionismo de Estado. Una política de olvido planificada desde el poder.
En la madrugada del país, mientras las tarifas se multiplican, los salarios se desintegran y los jubilados son condenados al hambre, el gobierno libertario de Javier Milei afila otra hoja de su motosierra: la memoria colectiva. En nombre del ajuste, degrada lo que no entiende y destruye lo que teme. Esta vez, le tocó a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que pasará a ser una mera subsecretaría. Pero el hecho, aunque técnico en apariencia, encierra una maniobra política más profunda: el intento de borrar con decretos lo que el pueblo escribió con sangre.
Desde su nacimiento en 2002, la Secretaría fue una conquista del campo popular, un brazo institucional de la política de Memoria, Verdad y Justicia que puso a la Argentina en el podio moral del mundo. Allí donde otros países pactaron el olvido, Argentina eligió la verdad. Allí donde otros archivan el horror, nosotros lo exhibimos para que nunca más vuelva a pasar. Hasta ahora.
La sede principal de la Secretaría se ubica en la ex-ESMA, uno de los mayores centros clandestinos de detención y exterminio de la dictadura. Desde enero, ese espacio emblemático comenzó a cambiar: ahora se encuentra custodiado por personal de la Policía Federal Argentina, como si la vigilancia del recuerdo necesitara armas y no compromiso.
En marzo, Alberto Baños —titular de la Secretaría, designado por el Ministerio de Justicia— ordenó que los directores vigilen la entrada de trabajadores «revoltosos», como en los días oscuros donde la disidencia era señalada. La purga vino después: más de 400 empleados fueron despedidos, lo que equivale al 44% del personal. La motosierra no distingue jerarquías ni trayectorias. El objetivo es claro: desmantelar una política pública y desacreditar a quienes la sostienen.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció una nueva poda: el 40% de la estructura y el 30% del personal restante será recortado. La Secretaría se convertirá en una oficina de segunda línea. La Memoria pasará a ser un trámite.
Pero el golpe es aún más profundo. El gobierno libertario ya circula un borrador para modificar la estructura del Museo Sitio de Memoria ESMA y el Archivo Nacional de la Memoria, ambos pilares en la construcción del relato colectivo sobre el terrorismo de Estado. ¿El plan? Que dependan del CIPDH-UNESCO, un organismo sin conducción clara y sin la tradición institucional que respalde la tarea de investigar, preservar y comunicar el pasado reciente.
El CIPDH se encuentra acéfalo. Y quien suena para conducirlo es Ana Belén Marmora, abogada militante del negacionismo moderno, que celebró públicamente el fracaso electoral de las “listas aborteras”. Una cruzada de odio reemplaza a una política de derechos.
La operación fue diseñada por el Ministerio de Desregulación que comanda Federico Sturzenegger, arquitecto del vaciamiento neoliberal, ahora devenido en sepulturero institucional. Bajo la excusa de eliminar “superposiciones”, buscan aniquilar el corazón simbólico de la democracia argentina.
Delfor «Pocho» Brizuela, secretario de Derechos Humanos de La Rioja, lo dijo con claridad: “No es lo mismo un centro de promoción que un organismo que sistematiza, investiga y custodia archivos de la represión. Está claro: quieren negar y suprimir la Memoria. Esa es la verdadera razón”.
No se trata sólo de despidos. No se trata sólo de jerarquías. Se trata de destruir el pacto fundacional del Nunca Más. Se trata de silenciar a los 30.000, de vaciar de contenido las marchas del 24 de marzo, de cancelar la historia escrita por las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, de licuar en tiempo de inflación el sentido profundo de la palabra justicia.
La motosierra, esta vez, apunta a las raíces.
Y cuando las raíces son arrancadas, el árbol entero tambalea.
Fuente:
- https://www.pagina12.com.ar/827611-motosierra-a-la-memoria-las-consecuencias-de-la-degradacion-
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