La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires amaneció tomada. No fue una decisión improvisada ni espontánea. Fue una respuesta contundente y planificada del movimiento estudiantil ante el fallo de la Corte Suprema que dejó firme la condena contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero no es sólo eso: es también un grito de resistencia frente al brutal ajuste del gobierno de Javier Milei contra la universidad pública, la ciencia y la cultura.
La gota que rebalsó el vaso
Todo comenzó el lunes 10 de junio. Apenas se conoció la noticia del fallo, una asamblea estudiantil colmó los pasillos de Puan 480. Allí, el rechazo al accionar del Poder Judicial fue unánime. La resolución del máximo tribunal no fue leída como un hecho aislado, sino como parte de una avanzada político-judicial cuyo objetivo final es proscribir a Cristina y desmantelar los pocos pilares democráticos que aún quedan en pie.
“Venimos sufriendo un montón de ataques por parte del gobierno de Javier Milei a la universidad pública… y ahora con este fallo que rechazamos energéticamente… proponemos tomar la facultad para también ser la punta de lanza de reactivar el movimiento estudiantil”, explicó el colectivo Ya Basta Filo en redes sociales.
La decisión fue inmediata: movilizar hacia el domicilio de la expresidenta en Recoleta y, al regresar, ocupar la facultad. Así lo relató también Micaela Martín, consejera directiva, en diálogo con medios nacionales: “Hicimos una asamblea espontánea apenas se conoció la noticia del fallo a Cristina. Decidimos ir a movilizar a su casa y volver para la toma”.
La toma, una forma de decir “basta”
Desde hoy, Filosofía y Letras permanece tomada. No hay clases en las aulas, pero hay vida en cada pasillo: clases públicas, mesas de debate, asambleas abiertas y actividades culturales. El corazón de la resistencia universitaria volvió a latir fuerte, con la convicción de que no hay futuro posible sin memoria, sin justicia y sin universidad pública.
Lejos de circunscribirse a un hecho puntual, la toma recupera el espíritu de las movilizaciones universitarias de octubre de 2024, cuando miles de estudiantes, docentes y no docentes salieron a la calle en defensa del presupuesto universitario y en repudio al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario.
Hoy, esa lucha se renueva, atravesada por una coyuntura aún más sombría: el intento de disciplinamiento judicial, la criminalización de la protesta, el desguace del Estado y la ofensiva libertaria contra todo lo que huela a organización colectiva.
Cristina, Milei y la universidad en el centro de la escena
El movimiento estudiantil de Filo no es ingenuo. Sabe que la condena contra Cristina no es sólo una cuestión penal. Es un mensaje disciplinador a toda la dirigencia política que se atreva a cuestionar el poder económico real. Y es también una forma de debilitar cualquier posibilidad de articulación popular frente a un gobierno que ejecuta, sin anestesia, el programa de ajuste más violento desde la dictadura.
“Esta condena es parte de un entramado político-judicial que busca eliminar toda resistencia organizada. Cristina es un símbolo, pero también lo son nuestras universidades, nuestras bibliotecas, nuestras luchas cotidianas. Por eso estamos acá, defendiendo no sólo a una persona, sino a un proyecto de país”, expresaron los estudiantes en sus comunicados.
¿Y ahora qué?
La toma continuará, al menos, hasta el jueves 13 de junio. Pero ya se discute su continuidad e incluso su expansión a otras facultades. Las clases públicas siguen, con docentes y estudiantes participando activamente. Y, en paralelo, se exige a las centrales sindicales —especialmente a la CGT— que convoquen a un paro nacional en defensa de la democracia y la universidad pública.
Lo que ocurre en Filosofía y Letras no es un hecho aislado. Es un síntoma de una crisis institucional más profunda, pero también una señal de esperanza. La juventud universitaria vuelve a marcar el pulso de una resistencia que no se resigna.
Porque mientras Milei recita a Hayek en cadena nacional, en las aulas tomadas se lee a Marx, a Freire y a Rodolfo Walsh. Porque donde el gobierno quiere silencio, el movimiento estudiantil grita: educación pública, justicia y memoria.
Y porque, como se canta en las asambleas, «si tocan a Cristina, nos tocan a todos».
Fuentes
- https://www.contextotucuman.com/nota/350467/estudiantes-tomaron-la-facultad-de-filosofia-y-letras-de-la-uba-en-reclamo-contra-la-condena-a-cfk.html
- https://www.lanacion.com.ar/politica/estudiantes-tomaron-la-facultad-de-filosofia-y-letras-en-reclamo-contra-la-condena-a-cristina-nid10062025/
- https://twitter.com/yabastafilo
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