El primer trimestre de 2025 expuso el costo humano del experimento libertario: desocupación récord, precarización laboral y una economía que empuja a millones al pluriempleo y la informalidad. Mientras Javier Milei celebra “superávits” y declara el fin de la crisis, la realidad golpea a cientos de miles de familias argentinas que han perdido su fuente de ingresos. En apenas tres meses, el desempleo trepó al 7,9%, la cifra más alta de su gestión. El relato del ajuste “exitoso” se estrella contra los datos oficiales.
En la Argentina de Javier Milei, la motosierra no es solo una metáfora: es una realidad que, traducida en cifras, acaba de dejar sin trabajo a más de 315 mil personas en apenas tres meses. La desocupación alcanzó el 7,9% durante el primer trimestre de 2025, según datos oficiales del INDEC. Se trata del índice más alto desde que asumió el presidente libertario, y confirma lo que muchos ya venían sintiendo en carne propia: el ajuste tiene víctimas concretas y sufre, sobre todo, el pueblo trabajador.
Pese a la retórica eufórica del Gobierno, que insiste en que el “sacrificio valió la pena”, los indicadores laborales cuentan una historia distinta. Esta no es una «crisis heredada», como intentan justificar desde Balcarce 50. Es la consecuencia directa de una política económica diseñada para licuar salarios, achicar el Estado, desregular la economía y transferir recursos a los sectores más concentrados.
El modelo Milei no solo destruye puestos de trabajo, también impone nuevas condiciones de supervivencia. Crece el empleo informal, se multiplica el pluriempleo y, paradójicamente, cae la tasa de actividad. ¿La razón? Muchas personas, sobre todo mujeres y jóvenes, directamente abandonan la búsqueda de empleo. No porque no necesiten trabajar, sino porque el mercado ya no tiene lugar para ellas. Se trata de una exclusión estructural que el Gobierno disfraza de libertad.
Según Chequeado, la tasa de desocupación pasó del 6,9% al 7,9% entre el último trimestre de 2024 y el primero de 2025, lo que equivale a 315 mil nuevas personas sin empleo. Tiempo Argentino precisa que, de los 29 aglomerados urbanos relevados por el INDEC, en 23 aumentó la cantidad de desempleados. El conurbano bonaerense, Córdoba y Rosario aparecen como los epicentros del derrumbe laboral. No es casual: son zonas de alta densidad poblacional y fuerte presencia industrial, dos variables directamente afectadas por la recesión inducida desde el Ejecutivo.
En este contexto, la pérdida de puestos registrados resulta alarmante. De acuerdo a los datos relevados por La Política Online, entre diciembre y abril se destruyeron más de 140 mil empleos formales. La construcción y la industria manufacturera lideran el ranking de despidos. La parálisis de la obra pública, decretada casi como dogma por Milei, tiene un efecto dominó que arrastra no solo a los trabajadores directos del sector, sino a las cadenas productivas asociadas.
La informalidad, en tanto, ya representa más del 45% del total de ocupados. Una tendencia que se agrava mientras el Estado se retira de su rol fiscalizador y garante de derechos. Para miles de trabajadores, esto significa no tener cobertura médica, no aportar a una jubilación, no tener licencias por maternidad ni protección contra despidos arbitrarios. El “mercado libre” no ofrece dignidad: ofrece precariedad y miedo.
Otro síntoma inquietante del nuevo orden económico es la expansión del pluriempleo. Cada vez más personas necesitan sumar dos o tres trabajos para llegar a fin de mes. Esto no es progreso, como lo sugieren los voceros del oficialismo. Es un retroceso brutal en las condiciones de vida. Vivir para trabajar, sin descanso, sin derechos, sin futuro.
¿Y qué hace el gobierno ante este escenario? Minimiza, niega, relativiza. En lugar de reforzar políticas de empleo, Milei recorta programas sociales, congela la obra pública, desfinancia organismos de control laboral y promueve una ley Bases que profundiza la flexibilización. La lógica es simple y brutal: que el mercado lo resuelva todo, incluso si eso significa sacrificar a millones de personas.
Lo más perverso de esta situación es la narrativa oficial que pretende romantizar la miseria. Para el Presidente, el desempleo, la inflación en alimentos o el cierre de pymes son daños colaterales de una gesta heroica contra el “Estado opresor”. Pero los números no mienten. Detrás de cada punto que sube el desempleo, hay familias que no pueden pagar el alquiler, jóvenes que abandonan sus estudios, adultos mayores que vuelven al mercado laboral sin protección alguna.
La narrativa de “la casta” como única culpable ya no alcanza. A seis meses de gestión, los efectos del ajuste ya no son una herencia: son resultados concretos de decisiones políticas. Y en ese sentido, no hay relato que oculte que Javier Milei está construyendo un país donde trabajar ya no es sinónimo de dignidad, sino de supervivencia.
¿Es este el futuro que prometía la “libertad”? ¿Un país donde la mitad de los trabajadores no tiene derechos? ¿Donde miles pierden su empleo y nadie del gobierno asume responsabilidades? ¿Donde la estadística del hambre es decorado de un experimento ideológico? La respuesta está en las calles, en las ollas populares, en las fábricas vacías, en las casas donde la angustia reemplaza al pan.
La política económica de Javier Milei está generando un daño social profundo que no se soluciona con “superávit fiscal”. El ajuste no es gratis. Lo pagan, como siempre, los de abajo. La Argentina del futuro no puede construirse sobre los escombros de sus trabajadores.
Fuentes:
- https://chequeado.com/el-explicador/la-desocupacion-aumento-al-79-en-el-primer-trimestre-de-2025-el-numero-mas-alto-de-la-gestion-de-javier-milei/
- https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/la-desocupacion-mas-alta-de-la-era-milei-315-mil-personas-perdieron-el-trabajo-en-los-primeros-tres-meses-del-ano/
- https://www.lapoliticaonline.com/economia/crecio-la-desocupacion-aumento-la-informalidad-y-se-multiplico-el-pluriempleo/
- https://www.ambito.com/economia/el-desempleo-subio-al-79-el-primer-trimestre-el-mas-alto-del-gobierno-javier-milei-n6158418
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