Tras horas de inacción, el Gobierno nacional desplegó un operativo en Zárate para enfrentar las inundaciones

El temporal que azotó el norte bonaerense dejó a Zárate prácticamente sitiada. La llegada de Patricia Bullrich y Luis Petri al lugar no logró ocultar las consecuencias de años de desidia estatal y decisiones políticas que priorizaron el ajuste sobre la prevención.

Zárate amaneció este sábado convertida en una isla. Las lluvias torrenciales que comenzaron el viernes sumergieron barrios enteros, anegaron rutas y dejaron a miles de vecinos atrapados en sus casas. El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta roja por acumulados que superaron los 250 milímetros en menos de 24 horas, una cifra que duplicó el promedio mensual de precipitaciones.

En medio de este caos, el Gobierno nacional decidió actuar. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su par de Defensa, Luis Petri, arribaron a Zárate pasadas las 13 horas para supervisar un operativo de asistencia que, para muchos, llegó demasiado tarde. «Estamos en Zárate junto al intendente, la AFE y las Fuerzas Federales supervisando el operativo por las inundaciones», publicó Bullrich en su cuenta de X, intentando mostrar presencia en el territorio.

Sin embargo, las imágenes que circulan en redes sociales y medios locales muestran una realidad desoladora: vecinos evacuados en botes improvisados, calles convertidas en ríos y testimonios desgarradores. «El agua de mi casa me llega al pecho», relató Cristian, un residente del barrio San Javier, uno de los más afectados por el temporal. «Es la cuarta vez que pasa esto», agregó, evidenciando la repetición de una tragedia que podría haberse evitado.

La falta de inversión en infraestructura y los recortes presupuestarios en áreas clave como Ambiente y Obras Públicas han dejado al país sin herramientas para enfrentar este tipo de emergencias. Según un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la Subsecretaría de Recursos Hídricos sufrió un recorte del 79,4% en términos reales durante 2024, operando con menos de una cuarta parte de los fondos utilizados en 2023. Este ajuste, impulsado por el presidente Javier Milei, se traduce en la ausencia de obras de prevención y mantenimiento de canales y desagües.

La situación en Zárate también pone en evidencia la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. El intendente Marcelo Matzkin ha sido criticado por la falta de planificación urbana y la ausencia de medidas preventivas. «No hay mantenimiento alguno», denuncian los vecinos, quienes aseguran que las autoridades locales no han tomado las medidas necesarias para evitar que el agua vuelva a inundar sus hogares.

El operativo desplegado por el Gobierno nacional, aunque necesario, parece más una respuesta desesperada ante la presión mediática que una acción planificada. La presencia de Bullrich y Petri en el lugar no logra ocultar las consecuencias de una política que ha priorizado el ajuste fiscal sobre la protección de los ciudadanos.

Mientras tanto, las familias afectadas por las inundaciones esperan respuestas concretas y soluciones a largo plazo. La reconstrucción de Zárate y otras localidades afectadas requerirá no solo de recursos económicos, sino también de un cambio de enfoque en las políticas públicas. Es necesario que el Estado recupere su rol activo en la planificación y ejecución de obras que garanticen la seguridad y el bienestar de la población.

Las inundaciones en Zárate son una muestra más de las consecuencias de un Estado ausente y de políticas que han desmantelado las capacidades de respuesta ante emergencias. Es hora de que el Gobierno nacional asuma su responsabilidad y deje de lado las excusas para enfrentar de manera efectiva las crisis que afectan a miles de argentinos.

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