Desde la perspectiva del vecino de a pie, el ascenso del PRO y La Libertad Avanza revela una continuidad en las políticas neoliberales que han profundizado las desigualdades sociales y económicas en la ciudad.
El hashtag #SonLoMismo, que circula en la red social X, refleja una crítica popular que encuentra fundamentos en la historia reciente del país. Ambos partidos, aunque con estilos distintos, comparten una visión económica que prioriza el mercado sobre el bienestar social, perpetuando un modelo que beneficia a las élites en detrimento de las mayorías.
La emergencia del hashtag #SonLoMismo en la red social X no es una mera coincidencia ni una simple expresión de descontento. Es el resultado de una conciencia colectiva que reconoce en el PRO y La Libertad Avanza dos caras de la misma moneda neoliberal. Ambos partidos, surgidos en contextos distintos, han promovido políticas que favorecen la concentración de la riqueza y el debilitamiento del Estado como garante de derechos sociales.
El PRO, fundado en 2005 por Mauricio Macri, emergió como una fuerza política que prometía eficiencia y modernización. Sin embargo, su gestión entre 2015 y 2019 estuvo marcada por políticas de ajuste, endeudamiento y apertura indiscriminada de la economía, que llevaron a un aumento de la pobreza y la desigualdad .
Por su parte, La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, ha llevado al extremo las ideas neoliberales, proponiendo la eliminación de ministerios clave, la privatización de servicios públicos y la desregulación total de la economía . Estas medidas han profundizado la crisis social, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.
Desde la perspectiva del trabajador que sufre el día a día, ambas fuerzas políticas representan los intereses de la burguesía empresarial, utilizando el aparato del Estado para implementar políticas que benefician al capital en detrimento del trabajo. La narrativa de la eficiencia y la libertad económica oculta una realidad de explotación y exclusión para las mayorías.
El hashtag #SonLoMismo, entonces, no es solo una crítica a la falta de alternativas políticas, sino una denuncia de un sistema que perpetúa las desigualdades estructurales. Es un llamado a repensar el modelo económico y social, poniendo en el centro las necesidades de las mayorías y no los intereses de una minoría privilegiada.
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