Durante la reciente visita de Karina Milei a la ciudad de Oberá, Misiones, se registraron serios incidentes que marcaron su paso por la provincia. La hermana del presidente Javier Milei, en su rol como secretaria general de la Presidencia, había llegado para participar de un acto político organizado por La Libertad Avanza (LLA), junto al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Sin embargo, el evento debió ser suspendido ante el fuerte repudio popular que estalló en las calles.
Según reportaron medios como El Territorio, Misiones Online y La Voz de Misiones, la tensión comenzó cuando un grupo de productores yerbateros, acompañados por jubilados y vecinos autoconvocados, se acercaron al lugar donde se desarrollaría el acto para protestar contra las políticas del gobierno nacional, el brutal ajuste económico y el abandono del sector productivo local.
Los manifestantes —portando carteles, banderas y exigiendo respuestas— lograron romper el cerco de seguridad improvisado por los escasos militantes libertarios presentes y la custodia oficial. Ante el avance del escrache, Karina Milei se vio obligada a refugiarse en un comercio de la zona. Ni la fuerza de sus guardaespaldas ni los intentos de sus operadores locales lograron frenar la indignación de una población que, desde hace meses, sufre los efectos de la inflación, la recesión y el desguace del Estado.
La imagen de la poderosa figura de “El Jefe” —como la llama su hermano— escondida en un local mientras los productores gritaban “¡la yerba no se vende, la patria no se entrega!” se viralizó rápidamente en redes sociales. Videos difundidos por canales locales muestran el momento en que Karina y Martín Menem debieron abortar su acto y salir escoltados en medio de un clima de furia popular.
La visita, lejos de consolidar apoyo en el interior del país, terminó exhibiendo el creciente rechazo hacia La Libertad Avanza incluso en territorios donde buscaban posicionarse. La suspensión del acto fue leída por diversos sectores como una señal clara de debilidad y desconexión con la realidad de las provincias.
Mientras el gobierno nacional celebra “superávits” a costa del hambre y la miseria, en Misiones la bronca se hizo sentir en las calles. Los yerbateros, hartos del abandono y la falta de respuestas, dijeron basta. Y esta vez, ni los slogans de campaña ni el blindaje mediático alcanzaron para ocultar lo evidente: el ajuste tiene consecuencias, y la paciencia del pueblo tiene un límite.
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