Grabois: “Recuperamos el lugar donde murió Evita”

Juventud militante tomó el histórico edificio de Austria 2601 en rechazo al cierre del Instituto Juan Domingo Perón dispuesto por Milei

Este viernes por la tarde, un grupo de jóvenes militantes del campo nacional y popular tomó la histórica residencia ubicada en Austria 2601, en el barrio porteño de Recoleta, donde hasta hace pocos días funcionaba el Instituto Nacional Juan Domingo Perón de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas, disuelto por el gobierno de Javier Milei.

El dirigente social Juan Grabois fue quien dio a conocer la noticia a través de sus redes sociales con un mensaje contundente:

> “RECUPERAMOS EL LUGAR DONDE MURIÓ EVITA”



Y convocó:

> “Vengan todos a Austria 2601 (Recoleta, CABA). Hace minutos la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita, donde funcionaba el Instituto disuelto ilegalmente por el régimen de Milei. Aquí los antecesores de este gobierno tiraron sus bombas asesinas hace 70 años y el gobierno estafador destruyó las estatuas de nuestros próceres hace 7 días. Seamos fieles a nuestra historia, defendamos nuestra herencia. ¡Viva Perón, Viva Evita, Viva la Patria! ✌️🇦🇷



La declaración rápidamente se viralizó y generó una fuerte reacción en redes sociales, tanto de militantes como de referentes políticos que ven en la clausura del Instituto un gesto simbólicamente violento por parte del gobierno nacional.



Ataque al corazón simbólico del peronismo

El pasado 7 de mayo —fecha emblemática por ser el natalicio de Eva Perón— el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el cierre del Instituto Perón, creado en 1994 y declarado Monumento Histórico Nacional. La medida fue oficializada vía decreto y acompañada de un fuerte operativo para impedir el ingreso del personal y desarticular cualquier intento de resistencia institucional.

La decisión fue interpretada como un intento de borrar la historia del movimiento nacional, atacando directamente sus símbolos más potentes: Perón, Evita y su legado político, cultural y social.

Para empeorar aún más el cuadro, el gobierno también ordenó el cierre del café-bar que funcionaba en la sede del Instituto, conocido como “Un café con Perón”, gestionado por la cooperativa “Lo de Néstor”, donde trabajaban más de 30 personas. De un plumazo, no solo se destruyó un espacio de memoria, sino también fuentes de trabajo de familias organizadas.


La memoria que incomoda

El edificio en cuestión —Austria 2601— forma parte de las estructuras que sobrevivieron a la demolición del Palacio Unzué, residencia oficial de Perón y lugar donde falleció Eva en 1952. El Palacio fue arrasado por la dictadura autodenominada “Revolución Libertadora” tras el golpe de Estado de 1955.

Ese mismo lugar fue testigo del odio gorila que persiste hasta hoy: hace 70 años, en esos terrenos, se arrojaron bombas y se derrumbó un símbolo del Estado popular.

Ahora, en pleno 2025, la historia parece repetirse, con un gobierno que se define como “anticasta” pero que en los hechos practica una política de revancha ideológica, atacando conquistas sociales, símbolos históricos y espacios de formación de pensamiento crítico.



Reacciones y resistencias

Distintas figuras del peronismo salieron a repudiar la decisión del Ejecutivo. El diputado nacional Eduardo Valdés presentó un proyecto de ley para declarar de utilidad pública y proteger la continuidad del Instituto y su sede. Por su parte, Wado de Pedro denunció una embestida simbólica “planificada”, al haberse anunciado la clausura el mismo día del cumpleaños de Evita.

Grabois, en tanto, con su estilo directo, denunció al gobierno de Milei como “gorila” y “estafador”, y llamó a la juventud a recuperar el espacio con sus propios cuerpos, en una acción de resistencia activa frente a lo que consideran un atropello a la historia y a la identidad nacional.



Un acto de desobediencia simbólica

La ocupación del edificio por parte de la juventud peronista no es solo un gesto de protesta. Es, en palabras del propio Grabois, una recuperación del sentido de pertenencia, una forma de decir “esto no se entrega”, “esto no se vende”, “esto no se borra”.

La toma se da además en un contexto de creciente malestar social, ajuste económico brutal, represión a la protesta y desmantelamiento de políticas públicas que afectan directamente a los sectores populares.



El legado no se clausura

“Recuperar el lugar donde murió Evita” no es una frase vacía. Es un grito de guerra, una advertencia al poder y un recordatorio de que la historia del pueblo no se archiva con decretos.

Hoy, mientras el gobierno de Javier Milei busca arrasar con cada símbolo del Estado popular, un grupo de jóvenes militantes decidió poner el cuerpo para defender la memoria de quienes forjaron una patria más justa.

Austria 2601 vuelve a ser territorio de lucha. Y aunque intenten clausurar el pasado, la historia resiste organizada.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *