La expulsión de Ramiro Marra de La Libertad Avanza marca un nuevo capítulo en las tensiones internas del oficialismo. Lejos de ser un simple quiebre partidario, esta decisión pone en evidencia la dinámica autoritaria y centralizada que define al espacio liderado por Javier Milei y administrado con mano de hierro por su hermana Karina.
La expulsión del legislador porteño Ramiro Marra de La Libertad Avanza (LLA) no es un hecho aislado ni una anécdota menor en el paisaje político argentino. Se trata, más bien, de un símbolo contundente de cómo opera la dinámica interna del partido gobernante, donde la figura de Javier Milei aparece escoltada por una hermana todopoderosa que ejerce un control absoluto sobre las decisiones del espacio. Esta decisión, comunicada con un tono categórico a través de las redes sociales del partido, está cargada de mensajes dirigidos no solo a sus bases, sino también a sus detractores y aliados.
La gota que colmó el vaso fue el apoyo de Marra al presupuesto 2025 de la Ciudad de Buenos Aires, que incluyó un aumento de impuestos rechazado por la cúpula libertaria. Sin embargo, este acto de «desobediencia» no puede ser analizado sin contextualizarlo en una larga serie de enfrentamientos con Karina Milei, la verdadera arquitecta del poder dentro de LLA. Desde su designación como secretaria general de la Presidencia, Karina ha consolidado una estructura partidaria que no admite más agenda que la suya. Y quien se atreva a desafiarla, como Marra, termina siendo expulsado sin contemplación.
La caída en desgracia de Ramiro Marra no fue repentina. Desde el inicio de su mandato como legislador, el también conocido broker de Bullet Market mostró una independencia que incomodó a la estructura centralizada del partido. Primero, cuestionó la designación de Pilar Ramírez, una de las figuras de mayor confianza de Karina, como presidenta del bloque de LLA en la Legislatura porteña. Más tarde, logró retomar el control del bloque, pero las fracturas internas ya eran irreversibles.
El desenlace llegó con la votación del presupuesto porteño, donde Marra alineó su voto con los intereses de Jorge Macri, lo que desató la furia de la cúpula libertaria. «Todos aquellos que no respeten la agenda del presidente serán expulsados. No importa quiénes sean», sentenció el comunicado emitido por las redes sociales de LLA, dejando claro que la lealtad hacia Milei es una condición innegociable.
El rol de Karina Milei en este episodio no puede ser subestimado. Mientras Javier Milei sigue construyendo su figura de líder carismático, es su hermana quien maneja los hilos del partido con una autoridad que roza lo despótico. Su influencia es tan grande que muchos la ven como la verdadera estratega detrás de cada movimiento del gobierno. La expulsión de Marra no es solo un acto disciplinario, sino también un mensaje a cualquier otro miembro que se atreva a cuestionar su liderazgo.
No es casualidad que, mientras Marra enfrentaba su expulsión, Karina celebrara la incorporación al bloque de LLA de tres legisladores provenientes del PRO, alineados con Patricia Bullrich. Esta movida no solo refuerza el perfil antimacrista del oficialismo, sino que también demuestra cómo Karina sigue ampliando su red de lealtades a expensas de aquellos que osan desafiarla.
La Libertad Avanza se presentó ante el electorado como una fuerza renovadora, un espacio político que prometía romper con las viejas prácticas de la «casta». Sin embargo, los acontecimientos recientes pintan un cuadro muy diferente. Lejos de ser un ámbito donde florezca el debate y la pluralidad, LLA se ha convertido en una maquinaria que opera bajo un mandato unívoco: obediencia absoluta a las directivas de Karina y Javier Milei.
El caso de Marra es paradigmático porque pone en evidencia la hipocresía del discurso libertario. Mientras el partido enarbola banderas de libertad individual y rechazo al autoritarismo estatal, sus prácticas internas reflejan un sistema profundamente verticalista y represivo. El mensaje es claro: la «libertad» que promueve LLA tiene límites muy bien definidos, y quienes los traspasen serán marginados sin piedad.
La expulsión de Marra también tiene implicancias más amplias para el panorama político argentino. En un contexto donde la fragmentación de las fuerzas opositoras dificulta la construcción de alternativas sólidas, la crisis interna de LLA contribuye a la desilusión de un electorado que buscaba un cambio genuino. Mientras tanto, el gobierno de Milei sigue avanzando con su agenda de ajuste y concentración del poder, beneficiándose de la falta de una oposición articulada.
La expulsión de Ramiro Marra de La Libertad Avanza no solo pone en evidencia las tensiones internas del oficialismo, sino también el carácter autoritario que define al proyecto de Javier Milei. En un espacio donde la disidencia es castigada con la marginación, queda claro que la «libertad» que predica el gobierno es, en realidad, una trampa para justificar el control absoluto de un grupo cada vez más reducido. La pregunta que queda es: ¿cuánto tiempo más podrá sostenerse un partido que parece destinado a devorar a los suyos?
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/800427-karina-milei-echo-a-ramiro-marra-de-la-libertad-avanza
https://www.perfil.com/noticias/politica/ramiro-marra-es-expulsado-de-la-libertad-avanza.phtml
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