El PAMI como botín: La “casta” libertaria se reparte cargos con familiares, excandidatos y punteros

Mientras ajustan a jubilados y eliminan medicamentos gratuitos, La Libertad Avanza y el PRO transforman el PAMI en una agencia de empleo militante. El caso testigo de Sebastián Pareja, operador y “repartidor” de cargos en la provincia de Buenos Aires.

PAMI, el instituto que debería garantizar cuidados dignos a los adultos mayores más vulnerables del país, hoy aparece como el epicentro de una escandalosa repartija de cargos. La gestión de Javier Milei, que llegó prometiendo el fin de la «casta», no sólo incurre en los mismos vicios que juró erradicar: los potencia.

Una investigación del periodista Julián Maradeo para Ámbito reveló que, solo en la provincia de Buenos Aires, el gobierno de Milei designó a al menos 82 personas ligadas a La Libertad Avanza y al PRO de Patricia Bullrich en puestos jerárquicos del PAMI, sin concurso ni idoneidad comprobada. Entre los elegidos hay de todo: concejales en funciones, candidatos perdedores, hermanos, esposas, madres, hasta una repostera y un especialista en control de plagas.



Ajuste para los jubilados, cargos para los amigos

En febrero de 2024, el gobierno libertario anunció con bombos y platillos un «ajuste histórico» en el PAMI: recorte del 24% en cargos jerárquicos, 75% en Secretarías, 33% en Gerencias, y casi 20% menos de Subgerencias. Al mismo tiempo, restringieron el acceso a medicamentos gratuitos a jubilados que superen los $390.000 de ingreso, tengan prepaga o posean un auto con menos de diez años.

Pero mientras los adultos mayores perdían derechos, el Boletín Oficial del organismo rebalsaba de nombramientos políticos. Como si de una calesita se tratara, algunos distritos bonaerenses llegaron a tener tres jefes distintos de PAMI en menos de dos años. Uno de los casos más llamativos ocurrió en Junín, donde los desplazamientos expusieron la interna libertaria. La silla quedó para Patricio Ojeda, apadrinado por Claudio Parisini, alias “Gordo Dan”.



El puntero que reparte: Sebastián Pareja

El nombre que más se repite detrás de estas designaciones es Sebastián Pareja, operador político clave de La Libertad Avanza en Buenos Aires y actual subsecretario de Integración Socio-Urbana de la Nación. Exarmador de Menem, exmonzoísta y hoy libertario de ocasión, Pareja parece haber encontrado en el PAMI una caja para fidelizar aliados municipales.

Su modus operandi no es nuevo. Viejo conocedor del conurbano, actúa como puntero de la “casta nueva”, comprando lealtades y repartiendo cargos. La frase que dejó Lourdes Belén Saín, exjefa del PAMI en Lobería, es reveladora: “Como todos saben, es un puesto político. A dedo llegamos, a dedo nos vamos. La Libertad Avanza hizo acuerdos con el PRO y entregó varios PAMI y ANSES. En Lobería me tocó a mí”.

La llegada de Valeria Reguilón, exprecandidata del PRO, como su reemplazo no fue una excepción. Es el patrón: la Libertad Avanza usa el Estado para pagar favores políticos.


Entre sobreprecios y muertes en geriátricos

Mientras tanto, el escándalo del PAMI crece. Como denunció también Ámbito, el organismo pagará un 20% más por pañales a través de una licitación exprés por 450 millones de dólares, lo que configura una potencial defraudación al erario. Y más grave aún, en informes anteriores se revelaron muertes en geriátricos y robo de información sensible, en un contexto de descontrol administrativo y desmantelamiento de controles.


Pilar Ramírez, la otra operadora porteña

Lo que Pareja hace en la provincia, Pilar Ramírez lo replica en la Ciudad de Buenos Aires. La legisladora, también con pasado vinculado a la traición al peronimo y con vínculos directos con Karina Milei, ha nombrado a su círculo más cercano en puestos clave del PAMI porteño. Entre ella y Pareja tejieron una red de “militancia rentada” con recursos públicos, consolidando poder territorial a costa del sufrimiento de los jubilados.

¿Anti-casta o neo-casta?

El cinismo de Milei y su tropa se vuelve intolerable: mientras desfinancian la salud y los medicamentos de quienes trabajaron toda su vida, montan una red de favores políticos que recuerda más al menemismos de los ‘90 que a una “revolución liberal”. Prometieron motosierra, pero no dijeron que el filo sería para los de abajo y la espuma del ajuste terminaría flotando en los vasos de los amigos del poder.

Como señala el viejo refrán: «Cambia el collar, pero el perro es el mismo». El PAMI, en manos de la “nueva política”, es la mejor prueba de que el discurso del cambio no era más que una excusa para reconfigurar un sistema clientelar. Con otras caras, pero con la misma impunidad.

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