El ganador de las legislativas porteñas fue el ausentismo con el 47%, segundo Adorni

Con una participación electoral por debajo del 53%, Manuel Adorni se impuso en las legislativas porteñas con el 30% de los votos. El peronismo logró un segundo lugar clave con Leandro Santoro. El PRO sufrió una derrota histórica y no ganó en ninguna comuna.

Crónica electoral: el PRO, en su bastión, fue desplazado por el libertarismo

La Ciudad de Buenos Aires votó en un clima social marcado por la desesperanza y la desafección política. En medio de un proyecto nacional que socava la solidaridad, el Estado y el pacto social, la jornada electoral porteña reflejó ese contexto con una participación apenas superior al 53%, evocando los peores momentos de 2001, pero sin cacerolas ni colas para evitar multas.

Manuel Adorni, de La Libertad Avanza (LLA), se alzó con la victoria con el 30,14% de los votos, relegando al peronismo, que con Leandro Santoro alcanzó el 27,35%, a un segundo puesto que, sin embargo, fue clave. En tanto, Silvia Lospennato, candidata del PRO, quedó en un distante tercer lugar con el 15,92%, marcando una derrota histórica del macrismo en su propio territorio. Es la primera vez en lo que va del año electoral que un oficialismo cae derrotado, y lo hace en el mismo lugar donde nació el PRO: la Ciudad de Buenos Aires.

Polarización, manipulación y estrategia: Milei juega a fondo

Javier Milei celebró el triunfo afirmando que “hoy se pintó de violeta el bastión amarillo”, aunque la realidad fue más matizada: LLA ganó en 8 de las 15 comunas, mientras que las otras 7 quedaron para Santoro y su espacio.

La estrategia libertaria consistió en polarizar con el kirchnerismo, buscando capitalizar el rechazo a ese espacio, y embestir sin miramientos al macrismo, usando incluso maniobras digitales controvertidas. El caso más resonante fue la difusión en redes de un video generado con inteligencia artificial donde se hacía decir a Mauricio Macri que Lospennato bajaba su candidatura. Aunque la justicia —aún afín al macrismo— reaccionó rápido y ordenó bajar ese contenido, el daño ya estaba hecho.

El propio Adorni retomó el discurso antikirchnerista en su victoria, afirmando que la sociedad eligió a LLA como el vehículo para “terminar de una vez y para siempre con el kirchnerismo”.

Macrismo sin brújula y sin comunas

El PRO, que en 2021 había ganado 14 de las 15 comunas, ahora no se quedó con ninguna. La derrota no fue una sorpresa para quienes siguen de cerca la dinámica del partido fundado por Mauricio Macri. El expresidente intentó en los últimos meses recuperar el liderazgo partidario, pero —según la especialista Julieta Waisgold— lo hizo “con un discurso solemne, muy institucional, sin conexión emocional con su electorado” y, sobre todo, “sin tomar una posición clara frente a Milei”.

Esa ambigüedad fue letal. Mientras Milei lo ataca públicamente, Macri colabora desde las sombras en el Congreso y empuja una alianza electoral que el libertario desprecia.

Ahora, con el golpe consumado, LLA impone condiciones tanto para la gobernabilidad de Jorge Macri en la Ciudad como para las negociaciones en la provincia de Buenos Aires, donde el expresidente tendrá que decidir si entrega a su tropa o la enfrenta.

El gran ganador: el ausentismo

Casi el 47% del electorado no se presentó a votar. Adorni ganó, sí, pero lo hizo con el apoyo de apenas un 30% del total que fue a las urnas. Para Waisgold, esto debe preocupar incluso a LLA: “Aunque se mueven cómodos en la antipolítica, también es sintomático que tanta gente no se haya sentido convocada ni siquiera por ellos”.

Este dato es clave para el futuro del peronismo: «Es Ahora Buenos Aires» (la alianza que llevó a Santoro) consiguió prácticamente los mismos votos que en elecciones anteriores, lo cual les alcanzó para obtener 10 bancas, una menos que LLA. Pero el desafío es lograr que ese electorado ausente no solo vuelva a votar, sino que lo haga por propuestas progresistas.

La unidad peronista, aún una deuda

Lejos de ser el “gran derrotado” como intenta instalar insistentemente la Casa Rosada con su maquinaria comunicacional tras los resultados adversos en Chaco, Salta, Jujuy y San Luis, el peronismo dejó en claro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que, aún en territorio históricamente hostil, puede ser una fuerza electoral competitiva y con proyección. La candidatura de Leandro Santoro, respaldada por el frente Es Ahora Buenos Aires, logró captar un voto urbano progresista, crítico del ajuste libertario y con sensibilidad social, alcanzando un segundo lugar sólido frente al vendaval libertario y al ocaso del macrismo.

Sin embargo, esa performance se vio limitada por una dispersión interna que le restó volumen y potencial de triunfo. La falta de una estrategia de integración que sumara a espacios como Principios y Valores, conducido por Alejandro Kim, o Seamos Libres, encabezado por Juan Manuel Abal Medina —ambos de escaso rendimiento individual pero con peso simbólico y capacidad de acumulación marginal—, terminó revelando que el peronismo porteño aún no ha resuelto sus fracturas ni saldado las tensiones entre la ortodoxia tradicional, el progresismo urbano y los sectores más pragmáticos.

La consecuencia fue una atomización innecesaria en un escenario de tercios donde cada voto cuenta. La unidad sigue siendo el desafío estructural para convertir la resistencia en posibilidad real de gobierno, y este resultado, aunque esperanzador, también funciona como advertencia de lo que aún falta reconstruir.

Otros actores: Larreta y la izquierda se cuelan

Horacio Rodríguez Larreta, con su partido Volvamos Buenos Aires, logró un modesto triunfo al meter tres legisladores. Una pequeña victoria en su intento de regresar a la Jefatura de Gobierno.

Por su parte, la izquierda logró el último escaño disponible: Vanina Biasi, actual diputada nacional, representará al Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad en la Legislatura desde el 10 de diciembre.

Lo que viene: Misiones, Formosa y el ajuste

De cinco elecciones ya realizadas, LLA ganó solo dos: en Chaco —mediante una alianza con el gobernador radical Leandro Zdero— y ahora en CABA. En las demás, sólo obtuvo triunfos locales.

El 8 de junio habrá comicios en Misiones y el 29 en Formosa. En ambos distritos, Milei llega con vínculos debilitados o inexistentes con los líderes locales.

El gobierno nacional necesita resultados para fortalecer su agenda de ajuste económico, reforma laboral y previsional. La paradoja es que, para avanzar en esas políticas regresivas, requiere ganar elecciones. Pero si el ausentismo crece y la unidad opositora no se recompone, los libertarios podrían encontrar el camino libre, aun sin mayoría social.

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