La desesperación se apoderó de la Casa Rosada. Mientras Cristina Fernández de Kirchner evalúa su futuro político, en el entorno presidencial reina la confusión: no logran encontrar un candidato competitivo para enfrentarla en la Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires, bastión histórico del peronismo.
El intento más reciente fue el del influencer libertario Daniel «Gordo Dan» Parisini, mano derecha del asesor presidencial Santiago Caputo. «A Cristina le gano caminando», se animó a declarar días atrás. Pero los números no lo acompañaron: una encuesta de DC Consultores, afín al oficialismo, lo posicionó último entre los posibles postulantes, con un escuálido 3,7% de intención de voto. Un papelón.
La caída de Parisini generó un cimbronazo interno. No solo quedó desactivada su precandidatura, sino que evidenció la fragilidad del armado político de La Libertad Avanza en el conurbano profundo. Caputo, que había coqueteado incluso con la postulación del youtuber Mariano Pérez, busca ahora desesperadamente otro nombre que resista una encuesta en territorio hostil.
La hermana presidencial, Karina Milei, puso sobre la mesa la idea de correr a José Luis Espert a la Tercera. No para ganarle a Cristina, sino para sacarlo del escenario nacional y evitar que encabece la lista de diputados, como ya habría acordado con Javier Milei. Pero Espert se resiste: no quiere ni oír hablar de bajarse de la pelea por el Congreso.
En paralelo, aparecen otras figuras de escasa o nula proyección electoral. Sebastián Pareja promueve a Miriam Niveyro, parlamentaria del Mercosur y armadora de LLA en la provincia, pero con altísimos niveles de desconocimiento. También se menciona, casi como un manotazo de ahogado, a Leila Gianni, actual funcionaria nacional.
La preocupación central en Balcarce 50 es el efecto arrastre de Cristina. Si la ex presidenta, con su poder intacto en la Tercera, se acerca a los 50 puntos —una marca que el peronismo ha alcanzado más de una vez—, podría dar vuelta el tablero provincial, incluso perdiendo en el resto de las secciones. Eso no solo pondría en jaque a Milei en octubre, sino que encendería alarmas en los mercados, que ya vienen lanzando señales negativas ante el desconcierto económico del gobierno.
El experimento de gobernar con influencers parece mostrar sus límites. La política real, en territorio, exige algo más que retuits, frases virales y monólogos en YouTube. La Tercera no es Twitter, y Cristina —mal que le pese al oficialismo— sigue siendo Cristina.
Fuente:
- https://www.lapoliticaonline.com/amp/318927-desesperacion-en-la-rosada-tuvieron-que-bajar-al-gordo-dan-y-no-tienen-rival-para-cristina/
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