Cristina Kirchner sobre Milei: «Es el pensamiento cipayo»

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a utilizar sus redes sociales para cuestionar al presidente Javier Milei, esta vez en relación con la postura del gobierno sobre la soberanía de las Islas Malvinas. En un mensaje publicado en Twitter, la ex mandataria calificó de «cipayo» el pensamiento del actual jefe de Estado y aseguró que su actitud no es solo una opinión política, sino una descripción literal de su accionar.

«Y esto no es adjetivación sino descripción y, por ende, literalidad. El cipayo es alguien partidario del poder extranjero en desmedro de los intereses del país en el que nació. A ese lugar, las grandes mayorías lo llaman Patria y lo defienden como tal. Este pequeño hombrecito no quiere… ni puede entenderlo. Grave… Muy grave», expresó Fernández de Kirchner en su tuit.

El mensaje estuvo acompañado por dos recortes de noticias que refuerzan la crítica de la ex presidenta. En el primero, tomado del portal La Política Online, se destaca que Milei rompió con el reclamo histórico por Malvinas al reconocer la «autodeterminación de los malvinenses». Según este medio, el mandatario declaró que Argentina primero debía convertirse en un país próspero antes de insistir en la cuestión de soberanía, y su discurso en la apertura de sesiones del Congreso duró menos de seis minutos.

El segundo recorte, del diario La Nación, indica que la política de «seducción» hacia los isleños dispuesta por Milei generó fuertes rechazos. Aunque desde el gobierno intentaron desmentir que el Presidente haya reconocido explícitamente el derecho de autodeterminación de los habitantes de las islas, diversos dirigentes sostienen que sus palabras «ponen en peligro» el reclamo soberano argentino sobre el archipiélago.

Un giro peligroso en la política exterior

La postura de Milei respecto a Malvinas ha encendido las alarmas entre sectores políticos de distinto signo, que ven en sus declaraciones un retroceso en el reclamo de soberanía que Argentina ha mantenido históricamente en todos los foros internacionales. El hecho de que haya relativizado la reivindicación del territorio insular y condicionado el reclamo a la prosperidad económica del país es, para muchos, una señal de claudicación frente a los intereses británicos.

Las críticas no tardaron en llegar. Desde el peronismo y sectores nacionalistas acusaron al mandatario de traicionar la causa Malvinas, una de las pocas banderas que tradicionalmente han unido a la sociedad argentina más allá de las diferencias partidarias. La ex presidenta no fue la única en señalar la gravedad del asunto, sino que diversos analistas y dirigentes advirtieron que este cambio de postura podría debilitar la posición argentina en el ámbito diplomático y en organismos internacionales como la ONU.

El «pensamiento cipayo» y la historia argentina

El término «cipayo» utilizado por Cristina Fernández de Kirchner tiene una fuerte carga histórica. Originalmente, se usaba para referirse a los soldados indios que servían al ejército británico durante la colonización, pero en Argentina se convirtió en sinónimo de traición a los intereses nacionales en favor de potencias extranjeras. En este caso, la ex mandataria asocia a Milei con esa figura histórica al considerar que su postura respecto a Malvinas favorece los intereses británicos en desmedro del reclamo argentino.

Más allá de la disputa semántica, el trasfondo del debate es claro: la política exterior de Milei, alineada con la visión neoliberal de las grandes potencias, representa un quiebre con la tradición de defensa de la soberanía que ha sostenido Argentina durante décadas. Su gobierno, que ya ha mostrado signos de acercamiento a Washington y Londres, parece dispuesto a resignar una de las causas más emblemáticas del sentimiento nacional.

Un debate que no se cierra

La controversia en torno a la postura de Milei sobre Malvinas no solo ha reavivado el debate sobre la soberanía de las islas, sino que también ha puesto en el centro de la escena la identidad política del gobierno libertario. Mientras el Presidente insiste en su pragmatismo y su visión de «priorizar el crecimiento económico» antes que el reclamo territorial, sus críticos lo acusan de rendirse ante el poder extranjero.

El tiempo dirá si este giro en la política exterior se traduce en cambios concretos en la relación con el Reino Unido o si se trata solo de una estrategia discursiva. Lo cierto es que, como advirtió Cristina Fernández de Kirchner, la renuncia implícita a la soberanía sobre las Malvinas podría marcar un antes y un después en la historia argentina.

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