Nueva forma de propaganda: caricaturizar y  ghiblificar las deportaciones

La Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump encontró una nueva forma de propaganda: caricaturizar las deportaciones. En paralelo, millones de usuarios ghiblifican imágenes dolorosas de la historia reciente. ¿Qué sucede cuando la inteligencia artificial convierte la tragedia en espectáculo?


Mientras el mundo se adapta a una nueva revolución tecnológica impulsada por la inteligencia artificial generativa, Estados Unidos ha comenzado a utilizarla con fines mucho más siniestros de lo que podría parecer a simple vista. Bajo la excusa de la innovación estética, la Casa Blanca de Donald Trump ha comenzado a convertir las deportaciones en caricaturas animadas. No es sátira, es propaganda 2.0.

El proceso comenzó de forma aparentemente inocente: OpenAI lanzó una nueva versión de ChatGPT con capacidades mejoradas para generar imágenes al estilo Studio Ghibli. Lo que parecía un juego creativo pronto se transformó en un fenómeno cultural inquietante. En cuestión de horas, las redes sociales se inundaron de «ghiblificaciones»: versiones animadas de todo tipo de fotografías, desde retratos familiares hasta eventos históricos traumáticos.

Donald Trump convertido en personaje de anime. Las torres gemelas cayendo en una escena «tierna». El asesinato de George Floyd suavizado con los tonos cálidos del universo de Miyazaki. ¿Dónde termina el meme y empieza el cinismo?

Lo que en otro contexto sería considerado una obscenidad moral, se diluye en la lógica de las redes sociales, que todo lo vuelven juego, meme, estética. El horror se convierte en contenido. Y mientras tanto, el gobierno estadounidense encuentra una vía perfecta para limpiar su imagen: las deportaciones dejan de ser noticias sombrías y se convierten en pequeñas viñetas animadas, estilizadas, digestibles.

Es el triunfo de la estética sobre la ética. Las imágenes que antes documentaban abusos (como las de Abu Ghraib) hoy podrían ser reinterpretadas y compartidas con orgullo por la administración que las generó, si eso garantiza engagement.

El problema va más allá del mal gusto. Nos enfrentamos a una nueva fase del capitalismo emocional: una en la que la tecnología no solo administra el contenido que consumimos, sino también la forma en que lo sentimos. Si todo puede ser embellecido, si todo puede parecer salido de una película de Ghibli, entonces también todo puede ser perdonado. O peor: puede ser invisibilizado.

Peter C. Baker lo advirtió en su nota para el New York Times, pero el subtexto es más oscuro de lo que el artículo permite entrever. No se trata solo de memes: se trata de una operación sistemática para neutralizar el impacto emocional del horror. La IA no solo reemplaza el trabajo humano: también edita la memoria colectiva, estiliza la violencia y convierte la política en un espectáculo.

Mientras millones de usuarios suben sus propias versiones «ghiblificadas» de tragedias y miserias, sin reflexionar sobre el contexto ni el contenido, la maquinaria propagandística de los gobiernos autoritarios avanza. Porque sí, en esta nueva era, hasta la represión puede parecer un animé adorable. Y eso, lejos de ser gracioso, es aterrador.

Fuente:

  • https://www.nytimes.com/es/2025/04/22/espanol/estados-unidos/casa-blanca-deportaciones-propaganda-memes.html

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