El Papa debe ser enterrado entre el cuarto y el sexto día después de su muerte. Le sigue un período de luto de nueve días, conocido como ‘novemdiales’. Gran parte de los procedimientos funerarios y de duelo suelen ser planificados previamente por el propio Papa, que deja instrucciones detalladas para que las ejecute el Camarlengo.
15 días después del fallecimiento del Papa, comienza el cónclave papal. Se trata de la asamblea a puerta cerrada en la que el Colegio Cardenalicio elige al próximo líder de la Iglesia Católica. La palabra cónclave, del latín ‘cum clave’ (‘con llave’), hace referencia al secreto y el aislamiento impuestos a los participantes.
Para evitar interferencias externas, todos los cardenales elegibles, menores de 80 años y no excomulgados, son encerrados en la Capilla Sixtina. El primer día, celebran una misa y se dirigen a la capilla, donde prestan juramento de seguir las estrictas normas que rigen la elección.
La votación continúa diariamente hasta que un candidato obtiene una mayoría de dos tercios. Después de cada ronda, se queman las papeletas. El humo negro indica que la votación no ha sido concluyente; la fumata blanca anuncia al mundo que se ha elegido un nuevo Papa.
Fuente:
- Agencia de noticias Euronews
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