Cacería judicial de Trump: El FBI detiene a una jueza por impedir una deportación

La detención de una jueza por proteger a un migrante reaviva la tensión entre Trump y las autoridades locales

Hannah Dugan fue arrestada en Wisconsin acusada de obstruir una detención migratoria: un nuevo episodio en la ofensiva del gobierno de Trump contra las «ciudades santuario».

En un hecho inédito que sacude al sistema judicial estadounidense, el FBI arrestó a la jueza de Wisconsin Hannah Dugan, acusada de haber impedido la detención de un inmigrante indocumentado en su tribunal. El episodio, que no solo involucra a las autoridades migratorias sino también al aparato judicial, pone de manifiesto la escalada de tensiones entre el gobierno de Donald Trump y las llamadas «ciudades santuario».

Según informó la cadena CBS News, Dugan fue detenida el viernes 25 de abril por agentes federales, acusada de obstrucción y de ocultar a una persona para evitar su captura. La versión oficial sostiene que la jueza permitió la huida de Eduardo Flores Ruiz, un ciudadano mexicano enfrentado a cargos menores de agresión, cuando agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) intentaban arrestarlo tras una audiencia judicial.

En una publicación en X (antes Twitter), eliminada poco después, el director del FBI Kash Patel acusó a Dugan de “desviar intencionalmente” a los agentes federales para proteger a Flores Ruiz. El hecho habría ocurrido el 18 de abril en el tribunal de Milwaukee, donde, según el Milwaukee Journal Sentinel, Dugan habría conducido al acusado y a su abogado hacia una salida lateral mientras los agentes esperaban en otra oficina.

Aunque Dugan negó esta versión, evitó brindar mayores detalles. Ahora enfrenta un proceso judicial que podría derivar en una condena de hasta cinco años de prisión.




Una ofensiva política disfrazada de operativo judicial

Más allá del episodio concreto, la detención de Dugan no puede desligarse del contexto político que atraviesa Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump, en su segundo mandato, ha intensificado su política de persecución a inmigrantes indocumentados, prometiendo una nueva ola de deportaciones masivas como eje de su campaña.

En este marco, la Casa Blanca ha endurecido su discurso contra las autoridades locales que, amparadas en los principios de las «ciudades santuario», se niegan a colaborar plenamente con los agentes federales de inmigración. No es la primera vez que se judicializa este enfrentamiento: durante el primer gobierno de Trump, una jueza de Massachusetts fue acusada de un delito similar, aunque los cargos finalmente fueron retirados.

La estrategia de arrestar a jueces que protegen los derechos de los inmigrantes no solo busca disciplinar a la justicia local, sino también enviar un mensaje político contundente: cualquier funcionario que interfiera en los planes de deportación masiva será perseguido.



Dugan, una jueza con respaldo demócrata

Elegida por primera vez en 2016 y reelegida en 2022, Hannah Dugan contaba con el apoyo del alcalde demócrata de Milwaukee. Su perfil de compromiso con los derechos civiles y su resistencia a la criminalización de los migrantes la habían puesto en la mira de las autoridades federales.

Tras su arresto, el juez Stephen C. Dries autorizó su liberación bajo condiciones mientras avanza el proceso judicial. Su abogado, Craig Mastantuono, aseguró que Dugan «protesta de todo corazón» contra su detención y subrayó que el operativo del FBI no tenía ninguna justificación en términos de seguridad pública.

El juez jefe del condado de Milwaukee, Carl Ashley, comunicó que los casos que tenía a su cargo Dugan serán redistribuidos entre otros magistrados mientras se define su situación.



El nuevo modelo Trump: persecución institucional y miedo

La detención de una jueza marca un hito preocupante en la estrategia trumpista de asedio a las autoridades locales y de debilitamiento de la independencia judicial. Se trata de un paso más en la construcción de un aparato de miedo que busca desalentar cualquier tipo de resistencia a su política antiinmigrante.

El gobierno, además, ha alentado la práctica de realizar arrestos en los tribunales estatales, lo que genera un efecto paralizante: numerosos migrantes, incluso aquellos que deben resolver cuestiones menores, temen presentarse ante la justicia por miedo a ser deportados.

Con estas acciones, Trump no solo ejecuta deportaciones: también erosiona el tejido de derechos fundamentales que sostienen al sistema democrático estadounidense.

Fuente:

  • https://www.bbc.com/mundo/articles/ce84lp6j2y4o

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *