Reflejo de un fracaso: El éxodo de las grandes empresas que huyeron de la Argentina de Milei

Desde multinacionales hasta pymes, la gestión de Javier Milei ha visto una ola de cierres y desinversiones que han dejado un panorama económico desolador. ¿Es esta la consecuencia de un modelo que prioriza el ajuste sobre el desarrollo?

Un informe detallado revela las principales empresas que han cerrado o abandonado Argentina durante la presidencia de Javier Milei. Con un discurso de liberalización económica y ajuste fiscal, el gobierno ha generado un clima de incertidumbre que ahuyenta la inversión y profundiza la crisis.


La presidencia de Javier Milei ha estado marcada por un discurso de liberalización económica y ajuste fiscal que, según sus defensores, busca sanear las cuentas públicas y atraer inversiones. Sin embargo, la realidad parece contradecir estas promesas. Desde que asumió el poder, Argentina ha experimentado un éxodo empresarial sin precedentes, con cierres de plantas, despidos masivos y la salida de importantes empresas del país. Este fenómeno no solo ha impactado en el empleo y la actividad económica, sino que también ha dejado en evidencia las grietas de un modelo que prioriza el ajuste sobre el desarrollo.

Uno de los casos más emblemáticos es el de Techint, la gigante siderúrgica que anunció el cierre de su planta en Ensenada, dejando a más de 1.500 trabajadores en la calle. La empresa argumentó «dificultades económicas y un contexto desfavorable para la inversión», pero muchos analistas señalan que las políticas de Milei, caracterizadas por la falta de incentivos y la incertidumbre regulatoria, han sido un factor clave en esta decisión. «No es solo un problema de costos, sino de confianza. Las empresas no saben qué esperar del gobierno», afirmó un economista en declaraciones recogidas por Infobae.

Otro caso que ha generado conmoción es el de Unilever, la multinacional de bienes de consumo que decidió cerrar su planta en Gualeguaychú, afectando a más de 300 empleados. La empresa justificó la medida como parte de una «reestructuración global», pero fuentes internas revelaron que el contexto argentino, con una inflación descontrolada y un tipo de cambio que no refleja la realidad del mercado, ha hecho insostenible la operación en el país. «Argentina ya no es un mercado viable para nosotros», confesó un ejecutivo de la compañía a Clarín.

En el sector automotriz, la situación no es menos preocupante. General Motors anunció la suspensión de su producción en la planta de Alvear, Santa Fe, dejando a más de 1.200 trabajadores en situación de incertidumbre. La empresa atribuyó la decisión a la caída de la demanda interna y a las dificultades para importar insumos, pero los sindicatos apuntan directamente a las políticas económicas de Milei. «El gobierno ha generado un clima de desconfianza que ahuyenta la inversión y frena el consumo», denunció un dirigente gremial en Página/12.

Pero no son solo las grandes empresas las que están abandonando el país. Las pymes, que representan el 70% del empleo privado en Argentina, también están sintiendo el impacto de las políticas de Milei. Según un informe de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), más de 15.000 pymes han cerrado sus puertas en los últimos meses, dejando a miles de familias sin sustento. «El ajuste fiscal y la falta de crédito están matando a las pequeñas empresas», señaló el presidente de la CAME en una entrevista con La Nación.

En las redes sociales, el tema ha generado un intenso debate. Hashtags como #EmpresasQueSeVan y #MileiDestruyeEmpleo han sido tendencia en Twitter, con usuarios compartiendo historias de trabajadores afectados y criticando las políticas del gobierno. «Milei prometió atraer inversiones, pero lo único que ha logrado es ahuyentarlas», escribió un usuario. «Estamos ante un gobierno que no entiende las necesidades del sector productivo», agregó otro.

El gobierno, por su parte, ha intentado minimizar el impacto de estos cierres, argumentando que se trata de «ajustes puntuales» y que la economía argentina está en un proceso de «transición hacia un modelo más sostenible». Sin embargo, los datos no parecen respaldar esta narrativa. Según un informe del INDEC, la actividad industrial cayó un 8,5% en el último trimestre, mientras que el desempleo alcanzó el 12%, su nivel más alto en una década.

En este contexto, muchos se preguntan cuál es el futuro de la economía argentina bajo la gestión de Milei. Con un discurso que prioriza el ajuste fiscal y la desregulación, el gobierno ha generado un clima de incertidumbre que ahuyenta la inversión y frena el crecimiento. Mientras tanto, las empresas siguen cerrando, los trabajadores pierden sus empleos y la crisis económica se profundiza. ¿Es este el modelo que Argentina necesita? La respuesta parece estar en los números, y no son alentadores.

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