Un nuevo acuerdo con el FMI que nadie confirma y que el gobierno de Milei celebra.
El gobierno de Javier Milei anunció con euforia un nuevo préstamo de 20 mil millones de dólares del FMI, una cifra que ni el propio organismo multilateral confirma. Luis Caputo aseguró que el monto ya estaba pactado con Kristalina Georgieva, pero la vocera del Fondo, Julie Kozack, se encargó de desmentirlo. Mientras tanto, Milei insiste en que la nueva deuda no aumentará el endeudamiento del país y niega la posibilidad de una devaluación.
Un acuerdo basado en la mentira
El desembolso de 20 mil millones de dólares anunciado por Caputo y Milei generó revuelo tanto en la Casa Rosada como en el propio FMI. Apenas unas horas después del anuncio, Julie Kozack salió a bajarle el tono a la supuesta cifra, asegurando que el directorio del organismo «determinará en última instancia el monto del programa». Esto dejó expuesta una vez más la estrategia de improvisación y manipulación del gobierno libertario, que construye su narrativa sobre falsedades.
Lejos de admitir la mentira, desde el entorno de Milei desestimaron a Kozack con desprecio, preguntándose «¿quién es Kozack?» y reafirmando su confianza en Caputo con la frase «Siempre hay que creerle a Toto». Esta actitud de soberbia e irresponsabilidad no sorprende en un gobierno que ha hecho del negacionismo y la desinformación su estrategia de comunicación política.
La «deuda que no endeuda»: el cinismo de Milei
Uno de los mayores absurdos del relato oficial es la idea de que esta nueva deuda «no aumenta la deuda». Según Milei, el préstamo serviría para fortalecer las reservas del Banco Central y cancelar letras intransferibles, lo que, en su visión distorsionada, mejoraría el respaldo del peso sin aumentar la carga financiera del país. En otras palabras, el gobierno quiere vender la idea de que tomar más créditos es una forma de reducir la deuda.
Esta falacia es fácil de desmontar. Todo préstamo del FMI implica nuevas condiciones, más ajustes y una mayor dependencia económica. Milei asegura que «ya hizo el ajuste, mucho más profundo que el que demanda el propio FMI», lo que implica que el organismo no exigirá nuevas políticas de recorte. Sin embargo, la historia reciente de Argentina demuestra que cada nuevo acuerdo con el FMI ha traído consigo una mayor presión para implementar medidas de austeridad, afectando a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Milei y la devaluación: un callejón sin salida
Otra de las contradicciones del mandatario es su negación de una posible devaluación. «El tipo de cambio no tiene aire para subir», declaró, asegurando que con el préstamo del FMI y el respaldo de otros organismos como el Banco Mundial y el BID, las reservas llegarían a 50 mil millones de dólares y se podría eliminar el cepo cambiario el 1 de enero.
Pero el mercado ya ha demostrado que no cree en las promesas del gobierno. La expectativa de devaluación sigue latente y la falta de confianza en la economía argentina se refleja en la volatilidad del dólar y la inflación descontrolada. Si Milei insiste en sostener un tipo de cambio artificialmente bajo mientras toma nueva deuda, solo estará retrasando un ajuste inevitable que puede golpear con más fuerza a la economía y a la población.
La derecha endeuda y ajusta, pero culpa a otros
El cinismo de Milei alcanzó su punto máximo cuando respondió a las críticas de Cristina Kirchner por el nuevo endeudamiento. La exmandataria le recordó que cuando era diputado se opuso al acuerdo con el FMI negociado por el gobierno de Alberto Fernández, pero ahora Milei defiende un préstamo de igual o mayor magnitud. Su justificación es absurda: «Me opuse porque significaba un aumento de deuda, y para mí el aumento de deuda es inmoral», dijo sin inmutarse, mientras lleva adelante una política de endeudamiento acelerado.
El libertario también aprovechó la oportunidad para atacar a la expresidenta con insultos y amenazas veladas. La acusó de ser «una futura presidiaria» y sugirió que se prepare para escribir sus memorias en la cárcel. Esta estrategia de confrontación permanente y descalificación personal es un intento desesperado por desviar la atención de su propia falta de rumbo económico.
Un país hipotecado para las generaciones futuras
El nuevo préstamo con el FMI, aún sin confirmación oficial, representa un nuevo hito en la política de entrega soberana que lleva adelante el gobierno de Milei. A pesar de su discurso contra el endeudamiento, su plan económico se basa en la obtención de dólares frescos a costa de hipotecar el futuro de Argentina. El ajuste brutal ya está en marcha, pero el gobierno necesita seguir obteniendo financiamiento para sostener su modelo de destrucción del Estado y transferencia de recursos hacia los sectores más privilegiados.
Mientras Milei juega a la negación y la improvisación, la economía argentina sigue en caída libre. Cada nuevo préstamo solo refuerza la dependencia con el FMI y allana el camino para nuevas crisis. El gobierno libertario repite la historia de la derecha argentina: endeudarse para sostener su modelo de saqueo y dejar que la factura la paguen las próximas generaciones.
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