¡NO se regula sólo! Milei ajustó el cepo tras maniobra del Galicia para sacar dólares al exterior

El Banco Galicia explotó una ventana financiera para sacar dólares del país y el Banco Central tuvo que cerrar la puerta. La jugada revela el fracaso de la política cambiaria del gobierno libertario y su sumisión al poder financiero.

Durante meses, el gobierno de Javier Milei juró que el mercado se regula solo. Que el cepo era una abominación estatista. Que las reglas eran para los que no sabían jugar. Pero esta semana, con el agua al cuello y los dólares escurriéndose por las grietas que ellos mismos habilitaron, el Banco Central de Santiago Bausili volvió a hacer lo que juraban no harían: apretaron el cepo.

La razón fue tan sencilla como escandalosa: el Banco Galicia diseñó una maniobra financiera perfectamente legal, pero moralmente indefendible, que le permitió sacar dólares al exterior y ganar en el camino. La “bicicleta Galicia” terminó forzando al gobierno libertario a romper sus propios dogmas.

La bicicleta que pinchó al Central

La maniobra funcionaba así: fondos de inversión compraban Obligaciones Negociables (ON) del Galicia en dólares. Esas ON no pagaban interés, pero sí prometían devolver los billetes verdes… afuera, en Nueva York, en diciembre. Galicia tomaba esos dólares, los vendía en el mercado oficial, conseguía pesos, los invertía en instrumentos del Tesoro o se los prestaba a empresas. Todo esto con cobertura del dólar futuro, manipulada por el propio BCRA para mantener a raya el tipo de cambio. Ganancia por todos lados. Pérdida para el Estado.

La jugada “funcionaba” porque el gobierno estaba dispuesto a permitirla para frenar el precio del dólar futuro. Pero Galicia —como era previsible en un sistema donde no hay regulación— explotó al máximo el hueco. Y cuando el resto del mercado quiso replicarla, el castillo de naipes se tambaleó.

Del «libre mercado» al control total

Ante la fuga creciente, el Central impidió que el Supervielle emitiera deuda en dólares, para evitar una réplica del caso Galicia. Pero eso no alcanzó. El jueves 16 de mayo, sacó una circular que endurece el acceso al mercado cambiario: ahora las empresas deberán esperar 18 meses (en vez de 6) para acceder al dólar oficial para pagar deuda corporativa.

Es decir, el mismo gobierno que prometió liberar la economía y dejar que el mercado asigne recursos con eficiencia volvió a ajustar el cepo que decía odiar. Y lo hizo no por convicción, sino porque la realidad lo empujó: sin dólares, no hay discurso que aguante.

La fuga legal y el desguace estatal

Aunque técnicamente legal, la maniobra del Galicia violaba el espíritu de la normativa que restringe la fuga de divisas. Es una postal perfecta de lo que sucede cuando se desarma el aparato de control del Estado en nombre de la “libertad”: los grandes actores financieros imponen sus reglas, succionan los recursos, y dejan al país con las reservas vacías.

El Banco Galicia no es una excepción: es un actor clave del sistema financiero argentino, que ha tenido históricamente vínculos estrechos con el poder político. Lo escandaloso es que esta vez no necesitó lobby para operar: el propio gobierno le abrió la puerta.

Druckenmiller y el olfato de Wall Street

La historia no termina en Galicia. El reconocido inversor Stanley Druckenmiller, ex socio de George Soros, redujo un 20% su exposición en bonos argentinos. ¿El motivo? La falta de acumulación de reservas. Bloomberg lo dijo con claridad: “Wall Street advierte que Milei necesita más dólares, pero no tiene cómo obtenerlos sin perder credibilidad.”

Es decir, el plan Milei-Caputo depende de una ficción: que el dólar se mantenga estable sin intervención, que los capitales se queden por convicción, y que las reservas se acumulen por arte de magia. Pero la bicicleta del Galicia y la fuga de Druckenmiller ponen en duda esa fantasía.

Ajuste para todos, negocios para pocos

Mientras tanto, la población sufre los efectos del ajuste salvaje, la recesión se profundiza y la inflación no cede. Pero los grandes bancos siguen ganando: se les permite armar circuitos de fuga con respaldo oficial y cobertura cambiaria manipulada.

La doble vara es evidente: el cepo se endurece para todos, excepto cuando sirve para beneficiar al capital financiero. Cuando eso se desmadra, el gobierno no duda en intervenir, aunque sea a costa de romper sus propias reglas. Eso no es coherencia, es servidumbre ideológica.

Fuente:

  • https://www.lapoliticaonline.com/amp/317411-la-voracidad-del-galicia-para-sacar-dolares-del-pais-obligo-al-central-a-apretar-el-cepo/

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