La desregulación de Milei que amenaza la soberanía marítima argentina y podría llevar a la desaparición de la Marina Mercante Nacional

La reciente desregulación del mercado de cabotaje marítimo por parte del gobierno de Javier Milei ha encendido alarmas en diversos sectores. Mientras el Ejecutivo argumenta que la medida busca recuperar competitividad y sanear la crisis del sector, sindicatos y expertos advierten sobre la pérdida de soberanía, la precarización laboral y el riesgo de desaparición de la Marina Mercante Nacional.

(Por Nicolás Valdez) El gobierno de Javier Milei ha oficializado, mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 340/2025, una profunda desregulación del mercado de cabotaje marítimo y fluvial. Esta medida permite que buques de bandera extranjera operen bajo matrícula argentina, flexibiliza requisitos laborales y elimina trabas burocráticas, con el objetivo declarado de recuperar la competitividad y sanear la crisis que afronta el sector.

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defendió la normativa en su cuenta de X, asegurando que «el DNU 340/25 con firma de Javier Milei rescata el espíritu constitucional», citando el artículo 26 de la Constitución Nacional que establece que «la navegación de los ríos interiores de la Nación es libre para todas las banderas, con sujeción únicamente a los reglamentos que dicte la autoridad nacional».

Sin embargo, esta desregulación ha generado un fuerte rechazo por parte de sindicatos y expertos del sector. La Federación Sindical Marítima y Fluvial (FESIMAF) alertó que la medida pone en peligro a un sector que emplea a más de 20.000 personas de forma directa y podría llevar a la desaparición de la Marina Mercante Nacional. Desde el Sindicato de Conductores Navales (Siconara) y otras organizaciones del sector, se advirtió que se trata de un «golpe histórico» al cabotaje argentino y una entrega directa de la logística marítima a intereses foráneos.

La desregulación también ha sido criticada por su impacto en la soberanía nacional. El secretario de Relaciones Laborales del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Alejandro Vargas, enfatizó en «la importancia de proteger la actividad nacional, el trabajo digno y los convenios colectivos», y lamentó la escasa participación de legisladores oficialistas en el recinto. «Sin tripulantes argentinos, no hay soberanía nacional», expresó.

Además, la medida declara como «servicio esencial» a la navegación marítima y fluvial para el transporte comercial de personas, mercaderías y servicios conexos, lo que implica que no podrán realizarse paros gremiales en el sector. Esta disposición ha sido interpretada como un intento de limitar el derecho a huelga y debilitar la capacidad de negociación de los trabajadores.

En este contexto, la desregulación del mercado de cabotaje marítimo y fluvial se presenta como una medida polémica que, bajo el argumento de mejorar la competitividad, podría tener consecuencias negativas para la soberanía nacional, el empleo y las condiciones laborales en el sector. El debate sobre el equilibrio entre apertura económica y protección de los intereses nacionales continúa abierto y requiere de un análisis profundo y participativo.

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